Green Lantern Corps nº02

Título: El primer encuentro
Autor: Carlos Fortuny
Portada: Daniel Medina
Publicado en: Septiembre 2014

El largo camino que llevará al Corps a recuperar lo que una vez fue para el Universo comienza pero podría terminar antes de lo que todos piensan. ¿Qué hará Hal Jordan cuando se encuentre frente a frente con aquellos que han ocupado su lugar?
Hace billones de años, una raza de inmortales aprendió a aprovechar la más poderosa fuente de energía existente. Esa energía alimentaría unos anillos que serían entregados a unos pocos elegidos en el universo, aquellos con la voluntad de superar su mayor miedo. Juntos, esos tres mil seiscentos elegidos forman la mayor fuerza pacificadora del Universo. Ellos son...
Green Lantern Corps creados por John Broome y Gil Kane

Anteriormente en Green Lantern Corps: Hal Jordan ha viajado al planeta de Havania con la intención de que se le permita patrullar dicho sector. Para esto se ha llevado a Carol y a tres reclutas para que empiecen a salir del nido. Pero no son los únicos interesados en dicho sector…

Espacio puerto principal, Havania. Sector 33

Cuando descendieron del Interceptor, sin duda lo primero que llamó la atención de los Lanterns fue comprobar que si bien la infraestructura del planeta era accesible para todas las razas, estaba especialmente orientada a las voladoras. Todos los edificios se dividían en diferentes niveles de altura, y por lo general las zonas bajas estaban más descuidadas que las altas, en las que parecía que se había invertido mucho más capital.

Sin duda si Hal había imaginado alguna vez como sería el cielo, lo había imaginado así, lleno de ángeles que volaban de un lado para otro. Con todo tipo de plazoletas en las alturas, todas perfectamente decoradas con esculturas y otro tipo de obras arquitectónicas cuyo único propósito era el de embellecer.

Aunque a pesar de tanta belleza, fue otra cosa la que llamo poderosamente la atención de los Lanterns, posiblemente porque contrastaba muchísimo con el ambiente del lugar. El espacio puerto estaba lleno de robots, estos tenían el torso y la cara hechos de algún material blanco, ligeramente plateado, mientras que sus brazos, piernas y el resto de su cabeza eran de un metal de color grisáceo oscuro que recordaba a una roca. Carecían de boca, pero tenían nariz, y dos ojos que se componían únicamente por una potente luz verde fosforita. Dichos robots salían en tropel de tres grandes naves, para dirigirse al exterior del recinto. En las naves se podía leer claramente “L.E.G.I.O.N.”.

Los havanienses eran seres sencillos, vestían por lo general con piezas de hermosa manufactura, pero al fin y al cabo con una o dos prendas de una tela suave y fina. Además de esto solían usar diversos adornos de orfebrería, casi tan bellos como los mismos seres.

Y por esto mismo era claro deducir que aquellas grandes naves llenas de robots poco tenía que ver con ellos.

-¿Qué está pasando aquí?- Se preguntó en voz alta Hal.

-S-si... si no me equivoco, son miembros de L.E.G.I.O.N.- Dijo Anya.

-¿L.E.G.I.O.N.?- Preguntó Hal mirando a Carol, aunque esta estaba más perdida que él.

-Sí. Red Operativa Interestelar Extra-Gubernamental Licenciada(1). - Dijo B'dg.- Hace tiempo que existen, aunque no fue hasta que desaparecieron los Lanterns que empezaron a cobrar fuerza. Se dedican más o menos a lo mismo que los Corps.

-¿Más o menos?- Intervino Sodam, a quien le daba muy mala espina aquello. Por lo general los daxamitas eran un tanto xenófobos, no querían saber nada de otras razas, si bien Sodam no era así no le hacía ni pizca de gracia ver a un contingente tan grande de forasteros desplegándose por un planeta.

-Si bueno... ofrecen un servicio de protección, pero cobran una cuota.- Matizó Anya. Había viajado mucho con Garl y Sool por la galaxia ayudando a la gente, incluso había estado a punto de ingresar en L.E.G.I.O.N., pero esto no había terminado de convencerle.

-Pues lo van a tener difícil cuando nosotros les ofrezcamos ese servicio gratis.- Dijo Hal entre risas.

-No te fíes Hal Jordan.- Respondió enseguida B'dg bastante serio.- Dicen que su líder, Vril Dox, sería capaz de convencer a cualquiera de que vendiera a su propia madre.

-La verdad es que me suena, creo que me crucé con ellos en alguna ocasión, pero por aquel entonces no parecían tan...- Dijo Hal haciendo una pausa para elegir la palabra adecuada.- ¿preparados?

A parte de las grandes naves y el amplio contingente de robots, pudieron observar a algunos soldados uniformados pertenecientes a la misma organización. Dicho uniforme variaba de una raza a otra, pero mantenía el diseño, predominaba el color negro y blanco. Casi todos llevaban una especie de mono pegado de algún material extraño que se adaptaba perfectamente al cuerpo, y después la mayoría llevaba algún chaleco o chaqueta. Los detalles de estos, así como el símbolo eran amarillos.

Tampoco es que los soldados fueran muy numerosos, quizás sobre cincuenta, pero no eran nada en comparación con los cientos de robots desplegados.

El resto de recién llegados al planeta parecían mirar con curiosidad también a las tropas, si bien de su mirada se deducía que ya conocían aquella organización.

Finalmente Hal se paró en seco deteniendo la marcha antes de ni siquiera salir del espacio puerto.

-Bien, aquí nos separamos.- Anunció Hal.- Iré con Carol a entrevistarme con los dirigentes. Vosotros daros una vuelta, tenéis tiempo libre, pero ante todo, no os metáis en líos.- Dijo poniendo especial énfasis en estas últimas palabras.


El alto palacio, Havania. Sector 33

Tras preguntar algunas señas para que le indicaran donde estaba el alto palacio, el lugar donde comparecería ante los líderes del planeta, Hal aprovechó para pedir a Salaak un informe completo sobre L.E.G.I.O.N., lo que le transmitieron fue similar a lo que ya le habían contado. Ofrecían protección a los planetas por un módico precio, y cada vez estaban más en alza, teniendo ya un número superior a ochenta planetas-cliente (que era como ellos denominaban a los planetas bajo su protección). Si bien parecían trabajar de otra forma, por planetas y no por sectores, el hecho de que un planeta ya estuviera bajo su protección seguramente haría que este se negara a permitir a los Lanterns patrullar su sector.

Su líder, Vril Dox tenía pinta de cumplir su palabra, de verdad ofrecía esos servicios de protección, pero todo apuntaba a que era un capullo. Parecía mirar siempre por si mismo antes que por cualquier otro, pero claro, aquello no era un delito.

Cuando llegaron al alto palacio, al que solo se podía acceder volando, Carol y Hal se quedaron simplemente boquiabiertos. El palacio en si parecía estar construido en plata o un material similar, y reflejaba perfectamente la luz del sol. Cualquiera hubiera pensado que se pasaban el día lustrándolo. Tres grandes gemas coronaban la cima, y bajo ellas se erguía una imponente cúpula. Aquel era su destino, pero se debía acceder por el interior, pues la cúpula estaba protegida por un campo de energía invisible.

No parecía que los havanienses se preocuparan especialmente por la seguridad, por lo menos en la ciudad no habían observado a casi ningún guardia, vigilante o policía, pero en el alto palacio las cosas eran diferentes. Todos los accesos estaban custodiados por al menos dos havanienses armados con lanzas de energía. Según el anillo estas podían ser utilizadas tanto como armas cuerpo a cuerpo, como disparar potentes láseres por su punta.

A Hal enseguida le llamó la atención la actitud prepotente de dichos guardias, parecían
especialmente confiados, si bien no parecía que fueran a ofrecer demasiada resistencia en un combate.

-Soy el Green Lantern Hal Jordan, y ella es Carol Ferris, la zafiro estelar.- Anunció Hal a los dos guardias que custodiaban la puerta principal.

Eran especialmente altos, por lo que bajaron la mirada hacia Hal como si el mero hecho de prestarle atención fuera un privilegio para el Lantern. Tras unos segundos uno de los hombres se dignó a hablar.

-Pasa, el consejo te espera.- Dijo lentamente, como si le diera pereza.

-Muy amable.- Respondió irónicamente Hal dejando a los dos guardias atrás.- Si ese Vril ha conseguido sacar algo de estos tipos debe tener poderes mentales como poco.

-No te precipites, no podemos juzgar a toda la raza por unos pocos.- Dijo Carol Cauta.

Era gracioso que hubiera que acceder por el interior del palacio, pues este carecía de escaleras o ascensor para separar sus niveles, como si los seres que no supieran volar fueran inferiores. Hermosos arcos separaban un nivel del siguiente, decorado con todo tipo de runas y motivos angelicales a los ojos de cualquier humano, pero que sin duda explicarían la historia de Havania.

Finalmente una especie de secretaria los hizo esperar a ambos en una sala destinada a aquello, aunque la sala en si se encontraba vacía. Una vez más la decoración impresionó a los dos humanos, aunque más a Carol que estuvo dando una vuelta mientras observaba minuciosamente cada escultura y fuente interior. Por su parte Hal se distraía con un yo-yo construido con su anillo.

Tras esperar durante casi media hora tres personas salieron de las enormes puertas que daban a la sala de reuniones que se ubicaba en el mismo centro de la cúpula. Se trataban de un cairniano, un ser de apariencia humanoide pero cuyo cuerpo estaba hecho completamente de roca, un ungaran, que enseguida le recordó a Hal a su antecesor Abin Sur(2) , aunque no estaba seguro si es que todos los de dicha raza se le parecían, o este en concreto se parecía más a Abin. Y por último un humano al que enseguida reconoció, Adam Blake, el Capitán Cometa(3) . No es que fuera su amigo, de hecho la primera vez que sus caminos se cruzaron Blake había sido engañado por la sociedad secreta de supervillanos para que creyera que Green Lantern era un supervillano(4) , aunque más adelante aclararían el error. Adam Blake era un hombre alto y robusto, con el pelo castaño y revuelto, y porte militar.

Los tres tenían algo en común, todos portaban los colores y la insignia de L.E.G.I.O.N.

-Hal Jordan.- Dijo Blake estrechándole la mano.- Me alegro de verte entre los vivos.

En cuanto el nombre del Lantern surgió de la boca de su compañero, el ungaran miró fijamente a Hal.

-Y yo más.- Bromeó Hal.- ¿Qué haces aquí?

-Bueno, teníamos algunos asuntos que cerrar con los dirigentes del planeta.- Respondió Blake algo incomodo.

-L.E.G.I.O.N. se ha expandido mucho desde que te cargaste a los Corps Jordan.- Intervino entonces el ungaran.- Ahora nosotros protegemos el universo.

-¿Y tú eres?- Preguntó Hal algo mosqueado por el golpe bajo.

-Amon Sur, hijo de Abin Sur.

Los ojos de Hal se abrieron como platos, el hijo de Abin, por eso le recordaba tanto a él. De repente era como si hubiera encontrado a un hermano largo tiempo perdido, hasta tal punto que olvido por completo que estuviera siendo bastante borde.

-Es un honor conocerte, tu padre fue un gran Lantern.- Dijo Hal entusiasmado.

-Eso parece, sin duda se lució con su última decisión.- Respondió sin cambiar su actitud.

-Ya vale Amon.- Protestó Blake.- En fin Jordan, será mejor que nos vayamos, ya nos veremos en otro momento.

Tras esa breve despedida el Capitán Cometa tiró de Amon y enseguida fueron seguidos por el cairniano bajo la mirada de Hal y Carol.

-¿Que bicho le ha picado?- Protestó Hal.

-No habrá tenido un buen día.- Bromeó Carol.- Mira, parece que por fin nos van a recibir.

La secretaria que antes les había dejado esperando se dirigió hacia ellos, diciéndoles que los dirigentes del planeta estaban listos para recibirlos.


Complejo residencial de la familia de Bluuz, Havania. Sector 33

La joven havaniense entró en su gran mansión satisfecha. Bien era cierto que la raza havaniense era admirada en todo el universo por su belleza, pero aquella joven iba aun más allá, siendo envidiada incluso por los de su misma especie.

La casa era puro arte, su madre se había encargado de que estuviera a la altura de la belleza familiar, y por supuesto no faltaban los espejos, raro era el rincón donde no encontraras uno.

La muchacha, de nombre Bleez acababa de rechazar a otro de sus pretendientes, su madre ansiaba que llegara el momento en el que se desposara con alguno de ellos, pero Bleez simplemente disfrutaba demasiado de su propia belleza, se sentía superior al resto, y no podía negar que incluso le satisfacía el hecho de rechazar a todos aquellos que suspiraban por ella.

Bleez se asomó a uno de los grandes ventanales que daban al mercado de Dekaarz, el más grande y hermoso de toda la ciudad, posiblemente de todo el planeta. Pero había algo fuera de lugar, algo que nunca estaba allí. Había oído hablar de ellos, pero la joven jamás había visto a un Green Lantern. Y aquel no era uno cualquiera, era un joven alto y apuesto.

Bleez corrió hacia la puerta, pero antes de salir se observó en uno de los numerosos espejos, asegurándose de que todo estuviera en orden, estaba tan hermosa como siempre. Una vez hizo esto salió por la puerta principal y echó a volar en dirección al mercado.


Mercado de Dekaarz, Havania. Sector 33

Aquel no era el día de Sodam, de aquello no cabía duda. No solo le habían reclutado para una estupidez de misión, encima Jordan les había dado tiempo libre y B'dg y Anya se habían empeñado en ver uno de los más famosos mercados de esa parte de la galaxia. Pero a él solo le resultaba una pérdida de tiempo. Tenía ganas de enfrentar amenazas, de defender el universo, de ser un Green Lantern de verdad, no un niño de excursión.

No sabía en qué momento había sido, pero había perdido de vista a sus dos compañeros, pero sinceramente no le había importado, prefería estar un rato solo.

Se había cruzado con varios miembros de L.E.G.I.O.N., que parecían pasearse por allí como si fuera suyo, además de que no le gustaba las miradas que le dedicaban, como si se creyesen por encima de los Corps, pero se había intentado relajar, solo eran estúpidos que se creían muy duros, y no aguantarían ni un asalto con él aun sin el anillo.

En cuanto vio un callejón Sodam no dudó en meterse por él, confiando en encontrar algo de la paz que no le daba el abarrotado mercado, entonces una voz le sorprendió.

-Vaya, ¿qué tenemos aquí?, un Green Lantern.- Dijo una sensual voz que descendía desde el cielo.

Probablemente cualquier otro día Sodam se hubiera enamorado en el acto de aquel ser de ensueño, pero aquel no era cualquier día, aquel era el día en el que le habían llevado de excursión a un planeta de seres prepotentes, el día en el que todo el mundo parecía reírse de lo que era ser un Green Lantern, el día en el que incluso el dudaba de si ser un Green Lantern era darse paseos por mercados y reirle las gracias a los gobernantes de la ciudad.

-¿Qué quieres?- Preguntó Sodam de una manera bastante cortante.

-La pregunta es ¿qué quieres tú?- Respondió Bleez con una sonrisa traviesa.

-Que te pierdas sería un buen comienzo.- Respondió bruscamente Sodam echándola a un lado para pasar.

Bleez montó en cólera, pero no dijo nada, se limitó a apretar los puños con fuerzas mientras contemplaba con el rostro desencajado como la espalda del Lantern se alejaba más y más. La joven tardó en reaccionar, porque simplemente nunca había sentido aquello, nunca jamás la habían rechazado y era una experiencia totalmente nueva, y no le gustaba.

Justo cuando el Lantern giró por otra calle perdiéndose de su vista Bleez tuvo la intención de correr, pero una mano la sujetó con fuerza por la muñeca.

-Vaya vaya, pero ¿qué tenemos aquí?, si es la princesita creída.- Dijo el ser que la sujetaba por la espalda.

Al notar la fuerza de su presa la joven se aterrorizó y forcejeó para intentar liberarse, pero era inútil.

-¡¡Lantern!!- Gritó esperando que el joven viniera en su auxilio.

Pero tan pronto como gritó otra mano le tapó la boca impidiéndole que profiriera ningún grito más. Acto seguido sintió un pinchazo en el brazo, que hizo que la chica acabara por perder la consciencia.


Mercado de Dekaarz, Havania. Sector 33

B'dg y Anya habían estado comprando algunas cosas en aquel mercado. El joven h'lvenite había adquirido tras una dura negociación con el vendedor una hermosa joya que hacía todo tipo de formas al ser iluminado por la luz, podía ser una tontería para alguien con un anillo, además sabía que era bisutería, una baratija, pero estaba seguro de que a su madre le encantaría.

Por su parte Anya había comprado un vestido del que se había enamorado nada más verlo, no sabía en que momento lo podría usar, pero desde que lo había visto sabía que sería suyo. Cuando quisieron darse cuenta Sodam había desaparecido, pero no se preocuparon por él, el chico parecía un tanto insociable e incapaz de parar quieto un segundo para disfrutar de pequeñas cosas.

Así los dos compañeros siguieron disfrutando de aquel mercado, viendo todo tipo de curiosidades e incluso probando una fruta autóctona del planeta que a Anya enseguida le recordó a las naranjas, aunque bastante más dulce y menos ácido.

Pero su idílico paseo llegó a su fin cuando vieron como una gran multitud empezaba a formar un círculo, la mayoría eran seres de otras razas, y también había unos cuantos miembros de L.E.G.I.O.N., y todos gritaban como intentando animar un espectáculo.

-¿Deberíamos intervenir?- Preguntó Anya.

-Aun no hemos sido autorizados en este sector, si intervenimos podríamos poner en un compromiso a Hal Jordan.- Respondió B'dg analítico.- Pero supongo que no ocurre nada por observar que sucede.

Ambos se elevaron un poco para ganar un poco de visibilidad, y entonces intercambiaron una mirada de incredulidad.

-Deberíamos intervenir.- Dijo esta vez Anya totalmente convencida.

En el centro del círculo formado por seres de todo tipo de planeta se encontraba Sodam Yat, quien intercambiaba duros golpes con un khund. Aunque algo enseguida llamó la atención de los dos Lanterns, Sodam no portaba su traje de Lantern, si no un simple traje con llamativos colores en rojo y azul compuesto por pantalón, camiseta y chaleco.

El pueblo khund era un pueblo guerrero, siendo una de las principales potencias de la galaxia, eran principalmente conocido tanto como por su ejército y su fuerza como por su piel rosada. Este en concreto lucía una peculiar cresta de cabello oscuro, así como unas llamativas patillas, que no surgían de ningún lado, pues aparte de la cresta el resto de su cabeza estaba afeitada. Aparte de esto portaba un pequeño bigote. Aunque sin duda el rasgo más característico del khund aparte de su uniforme de L.E.G.I.O.N. era que carecía de un brazo, en el que tenía una especie de cañón metálico.

El khund golpeó al daxamita en plena mandibular haciendo que cayera sobre la gente que se amontonaba detrás. Sodam apartó de un manotazo tanto a los que le sujetaban como a los que intentaban ayudarle a ponerse en pie, parecía bastante enfadado. Se incorporó y conectó un rodillazo en el estomago de su oponente, para después intentar rematarlo con un puñetazo en su rostro, pero una mano verde surgida aparentemente de la nada detuvo su puño.

-¡Ya basta!- Gritó Anya.- ¿Qué pasa aquí?

-Esto no va con vosotros...- Bufó Sodam.

-Me parece evidente que si que va con nosotros.- Matizó Anya visiblemente enfadada.

-¿Dónde está tu anillo Lantern Yat?- Preguntó amablemente B'dg.

-Aquí.- Dijo con desgana el daxamita mientras lo sacaba de su bolsillo y lo mostraba.

Anya soltó a Sodam una vez le pareció prudente y ayudó al khund a incorporarse, pero esta la apartó bruscamente.

-No quiero tu ayuda mujer. Estábamos resolviendo nuestros asuntos.- Protestó el khund para después sonreír a Yat.- Como dije, los Lanterns sois unos cobardes.

Sodam se lanzó otra vez a por el khund, pero esta vez fue B'dg el que lo sujetó capturándolo en una jaula.

-Este comportamiento no es el apropiado para un Lantern.- Dijo sin alterarse.

-Ha insultado a todo el cuerpo.- Dijo Sodam forcejeando con los barrotes de energía.

-Eso no es un motivo para tú actitud Lantern Yat.- respondió B'dg.

Si bien Anya apoyaba a B'dg no podía de dejar de mirar furiosa al khund, sin duda se merecía una buena paliza, pero B'dg tenía razón. El ambiente se fue calmando y la gente dispersando en cuanto llegó la guardia havaniense.


El Alto Palacio, Havania. Sector 33

La reunión había empezado hacía ya rato, pero Hal tenía una clara percepción de pérdida de tiempo. Al parecer les habían recibido simplemente porque eran ante todos corteses y respetuosos, pero no querían ni problemas con los Corps, ni tampoco su ayuda.

Durante un rato tanto él como Carol hablaron de todas las ventajas que daba el cuerpo, al fin y al cabo era una fuerza del bien que se dedicaba a erradicar el mal de la galaxia sin pedir nada a cambio, ¿cómo se podía rechazar aquello?, pero era sorprendente la de gente que lo rechazaba. Aun así Hal percibió en más de una ocasión que sus oyentes se dedicaban a otras cosas, como observar algunos documentos o susurrar entre ellos.

La dirección del planeta era regida por cinco gobernantes de diferentes zonas, o sus representantes, según había entendido Hal. Estos estaban sentados en grandes tronos, que se mantenían a casi un metro por encima de los que solicitaban audiencia, unos cuantos escalones separaba a Hal y Carol de sus oyentes.

Ante ellos se encontraban Bluuz, gobernante de aquella misma ciudad en la que se encontraban, y la que más peso tenía de aquel grupo, era una mujer de mirada dura, y si bien parecía haber sido bellísima cuando era joven, empezaba a notarse la edad, lucía algunas arrugas, y tanto su cabello como sus alas negras empezaban a mostrar cabellos o plumas blancas, según la zona. Aun así seguía siendo uno de los seres más bellos del universo.

Junto a Bluuz se encontraba otro gobernante de una ciudad cercana, Treel, un hombre bastante alto y fornido, lucía una pequeña cicatriz en su mejilla derecha, y parecía haber luchado en más de una ocasión.

El resto eran todos representantes de zonas más lejanas, una mujer, de nombre Msaar, y un par de hombres, Ploop y Kliik. Si bien la mujer era bastante esbelta, los hombres, eran bastante canijos, aunque no por ello menos bellos, Ploop parecía muy joven, pero Kliik tenía tanto el cabello como las alas completamente blancas.

Más allá de los tronos se podía vislumbrar unas vistas dignas de elogio, desde allí se contemplaba toda la ciudad y más. Tras todas las maravillas de edificaciones se encontraban unas enormes cataratas de gran belleza.

-Como ya le he informado antes, Lantern Jordan.- Empezó a decir Bluuz.- Estamos encantados con su vuelta y su oferta, pero me temo que debemos declinarla, el pueblo de Havania ha sabido cuidarse perfectamente por sí solo, y hace poco ha cerrado un acuerdo con Vril Dox que...

-¿Enserio?- Protestó Hal enfadado.- ¿Preferís a esos...?- Hal intentó buscar una palabra que los describiera, pero no encontró una lo suficientemente malsonante.- Los Lantern siempre han patrullado este sector y lo han hecho sin ninguna queja, y ahora preferís a este pequeño ejército privado de pago.

-Le hemos escuchado durante largo rato sin interrumpirle, espero la misma cortesía por su parte.- Protestó Bluuz claramente molesta.

-¿Qué nos habéis escuchado? Lo teníais decidido de ante mano, apenas nos habéis prestado atención...- Dijo Hal cada vez más cabreado.

-Los Lantern fallaron en el pasado, trajeron la guerra por doquier, fue un duro golpe su desaparición, y no estamos de acuerdo en que volváis a patrullar este sector.- Dijo tajantemente Treel.

Hal no se tomó para nada bien el comentario, no sabía que iba a hacer, pero dio un paso al frente, o lo habría dado de no ser porque la mano de Carol se posó sobre su hombro. El Lantern miró a la zafiro que simplemente negó con tristeza.

Entonces un par de havanienses irrumpieron en la sala acercándose a los tronos donde estaban los dirigentes, susurrándoles algo.

-Genial, ¿qué pasa ahora?- Preguntó Hal enfadado por la interrupción.

-¿Quieres relajarte?- Preguntó Carol en un susurro.- Así no vas a conseguir nada.

-Lo sabían de antemano, todo esto no vale para nada...

-¿Y crees que así si vamos a conseguir algo?- Preguntó Carol enarcando una ceja.

Hal estuvo a punto de contestarle, pero entonces Bluuz los interrumpió. Y por su cara parecía aun más molesta que ante.

-Parece que el resto de su grupo se ha dedicado a causar problemas.

-¿Qué?- Preguntó Hal sin comprender.

-¿Ha pasado algo con Sodam, Anya y B'dg?- Preguntó Carol preocupada.

Entonces Hal recordó que no habían viajado solo, los novatos, los habían dejado para que no se metieran en problemas, y parecía que justo eso es lo que habían hecho...

-Uno de los Lanterns se peleó con el agente Amon Hakk de L.E.G.I.O.N.- Expuso Treel.- Afortunadamente para ustedes ha decidido no presentar cargos, así que son libres de irse. Es más, les invitamos a irse lo antes posible.

-Como ya les dije, los Lantern atraen los problemas, es solo una prueba más.- Apuntó Bluuz.

Hal estuvo a punto de protestar, de decir que eran solo novatos, y tampoco estaba seguro del motivo de dicha pelea y de que el Lantern tuviese toda la culpa, pero sabía que era inútil, una pérdida de tiempo, y al menos no les pondrían trabas para salir, ya era algo...

-Gracias por recibirnos.- Dijo irónicamente Hal mientras les dedicaba una innecesaria reverencia.


Interceptor 21. Sector 33

-¡¿Qué parte de “no os metáis en líos” no entendisteis?!- Preguntó Hal enfadado.

Al reunirse con los novatos no les había dicho nada, simplemente se habían dirigido juntos a la nave, ninguno había ni intentado abrir la boca, pues Hal, aunque callado, se veía bastante molesto. Pero ahora, tras haber abandonado la órbita del planeta el Lantern había explotado. Una vez más Carol intentaba que se tranquilizara, pero estaba claro que Hal estaba al límite, la situación le superaba por momentos.

-Lo sentimos mucho Lantern Jordan.- Se disculpó B'dg.

-No no no, esto no va a pasar, fui yo, no vais a cargar con las culpas. Ese imbécil insultó a los Lantern, dijo que no éramos nada sin nuestros anillos, y yo le demostré que se equivocaba.- Dijo Sodam orgulloso de su explicación.

Anya suspiró echándose la mano a la cabeza. Sodam no tenía mal corazón, pero se dejaba llevar demasiado por sus impulsos.

-¿Y te crees que eso es lo que hacemos?- Preguntó Hal.- ¿Liarnos a hostias con el primero que nos diga algo?

Carol dirigió a Hal una mirada divertida, pero este levantó una mano indicándole que no abriera la boca, lo que solo causó que la mujer se riera.

-Chicos, ¿podéis dejarnos solos?- Preguntó la zafiro estelar.

Y eso hicieron, los muchachos salieron de la sala dejando a Hal y Carol solos. En cuanto se hubieron ido el Lantern se desplomó en uno de los asientos, estaba muy cansado.

-Tienes que relajarte Hal...

-Ese chico...- Empezó a decir Hal cerrando el puño.

-Me recuerda a ti.- Respondió Carol divertida.

-¿A mí?- Preguntó algo ofendido.- No piensa en las consecuencias que esto le podría traer a los corps, solo se ha lanzado a una pelea estúpida.

-Hal... cariño... hoy mismo te he visto con ganas de lanzarte al cuello de más de uno.

-P-pero no lo he hecho, hay cosas más importantes.

-Lo sé, te han dado un cargo importante, e intentas sacarlo todo adelante, pero él solo ha actuado como un novato, como un chico que acaba de recibir el legado más importante del universo. Como habría actuado Hal Jordan hace tiempo.- Dijo haciendo una pausa.- No te digo que te parezca bien, solo que lo entiendas.

Hal simplemente asintió, Carol tenía razón, últimamente ocurría con demasiada frecuencia. El Lantern suspiró y cogió a su chica de la mano, dedicándole una sonrisa, iba a tirar de ella, pero entonces un pitido anunció una conversación entrante, seguida por una voz mecánica de la nave.

-##El Lantern Salaak solicita hablar con el Lantern Jordan.##

-Abre el canal de comunicación.- Se limitó a decir Hal soltando a Carol y dándose la vuelta para atender la llamada.

-##Jordan te he concertado una reunión en Jayd, me temo que debéis ir sin parar en Oa, al parecer Vril Dox se dirige hacia allí para reunirse con sus gobernantes, así que si tardas podríamos perder el sector.##

-Tranquilo Salaak, iremos para Jayd enseguida. ¿Algo más?

-##Bueno, parece que Betrassus podría haber recapacitado y aceptar nuestra ayuda, pero el Lantern Stewart ha decidido encargarse después de saber que a ti te llevaría bastante tiempo, y se ha llevado a algunos reclutas.##

Continuará...


Referencias:
1.- L.E.G.I.O.N. El anagrama en inglés significa Licensed Extra-Governmental Interstellar Operatives Network 

2.- Abin Sur fue el Green Lantern que le entregó su anillo a Hal Jordan antes de morir, en Showcase #22
3.- Capitán Cometa es un mutante metahumano. Su "metagen" fue provocado por un cometa brillante que pasaba cerca de la Tierra en el momento de su nacimiento. Sus poderes incluyen la telepatía, telequinesis, clarividencia, manipulación eléctrica, intelecto a nivel de genio, fuerza sobrehumana y resistencia, memoria fotográfica, e invulnerabilidad.
4.- Ver Secret Society of Super-Villains #2 (1976)

3 comentarios :

  1. Muy interesante el mundo estelar Post-guerra de los Laterns

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  2. Me resulta difícil comentar esta serie de Carlos Fortuny sin que parezca que estoy haciéndole la pelota a mi compañero de franquicia greenlanternera, pero en fin, qué queréis que os diga: ¡me encanta Green Lantern Corps! :D

    Tras la presentación de la situación actual en Oa y la campaña de expansión en la que se ha embarcado el Cuerpo de Green Lantern tras su refundación, en este segundo número asistimos a una de estas misiones "diplomáticas" en la que un grupo liderado por Hal Jordan tratará de convencer al gobierno del planeta Havania de lo positivo que sería tener a un Green Lantern patrullando su sector. Y bueno, con un planteamiento tan sencillo y un desarrollo argumental sin aspavientos ni demasiada acción, hay que ver lo bien que se las apaña Carlos para ofrecernos un número que se lee de un tirón dejándote con un excelente sabor de boca.

    Perfecta la ambientación alienígena del número, excelente el tratamiento de los personajes y muy interesante la confrontación que se plantea con L.E.G.I.O.N., que sin duda dará para mucho en el futuro de esta serie.

    Probablemente, el punto flaco de este número (como del primero) sea la ausencia de un cliffhanger final que te deje comiéndote las uñas, pero ya digo, tampoco le hace falta a este autor para dejarte más que satisfecho con su lectura.

    Y por último, magnífica portada de Daniel Medina, cuyo trabajo no estoy seguro de haber visto antes en Action Tales, pero si esta ilustración es una muestra representativa de su calidad, estamos de enhorabuena :)

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  3. Muchas gracias por vuestras palabras. Es un placer ver que la gente sigue la serie, y más aun que gusta. La verdad es que en este primer arco los cierres de números son reguleros, es decir, crean bastante poca expectación. Hay alguno mejor que otro, pero creo que es un punto flojo en general. Seguramente porque lo concebí todo como un conjunto y después lo fui separando.
    Sea como sea lo tendré en cuenta para futuras sagas, ya que en está más que crear una gran historia quería crear un contexto e ir presentando a la gran mayoría de personajes que van a protagonizar mis historias, aunque aun quedarán algunos otros que no aparecerán hasta el segundo arco.

    La verdad es que agradezco mucho las palabras sobre la ambientación, posiblemente es el punto en el que más me esfuerzo, si bien se que me queda aun mucho terreno para mejorar.

    Poco más que decir, me sumo a las palabras hacia la portada que me ha encantado, simplemente genial. Y espero que os sigan gustando los próximos números, para el siguiente nos esperan otros protagonistas, a ver que veredicto obtienen del jurado jejeje ^^

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