Elseworlds Archivos A.L.S.T.R. Nº03

Título: Primer golpe.
Autor: Roberto Barreiro
Portada: Edgar Rocha
Publicado en: Mayo 2014

Mientras los combates aún continúan en tierras europeas, una guerra más secreta comienza mientras los Hombres Misteriosos de ambos bandos comienzan a hacer sus primeros movimientos estratégicos. ¿Quíen asestará el primer golpe?
Fue en la hora más oscura del Hombre cuando surgieron los primeros super-héroes, patriotas disfrazados que simbolizaban nuestro ideal heroico y nos protegieron de los enemigos de la Nación. Estas son las historias de...
Creado por Roberto Barreiro

Resumen de lo publicado: mientras las rivalidades y el orgullo crean grietas dentro de las fuerzas meta-humanas del Führer, los Hombres Misteriosos de América hacen un arriesgado primer movimiento.

La luz cegaba a Leo Saint Claire(1). Quería cerrar sus ojos y dejar que la oscuridad lo envolviera, que la negrura lo atrapara. Eso era algo que los nazis le habían quitado en ese centro de tortura endemoniado.

Le habían aplicado inyecciones oculares, con sustancias cada ve mas complejas. El doctor Zola se encontraba muy interesado por la habilidad de Saint Claire para ver en la oscuridad y quería ver qué otros espectros alcanzaría a ver.

Desde entonces, la negrura había desaparecido de los ojos de Saint Claire. Todo era una ardiente luminosidad, incluso cuando el resto de las personas no verían nada allí. Hizo todo lo posible para resistirlo: recurrió a técnicas de yoga aprendidas años atrás para serenar su espíritu y sostenerse ante las torturas, golpeó cuanto pudo las paredes para descargarse. Incluso pensó en arranarse los ojos y terminar con todo. Incluso eso parecía insuficiente. Esos hombres querían seguir usándolo de conejillo de indias hasta las últimas consecuencias. Ya había visto u oído lo que les había pasado a otros capturados como él y sabía que sus experimentadores no tenían idea del oque era la compasión. ¡Y pensar que por un momento pensó que la invasión serviría para regenerar a la decadente República Francesa que coqueteaba con el comunismo demasiado! ¡Pensar que Petain y el Vichy(2) sería una fuerza para mejorar el país! A la postre resultó que entregaron todos a unos alemanes que solo querían venganza por lo que la Gran Guerra y que además son peor que cualquier cosa que el camarada Stalin pudiera hacer.

El mismo había sido traicionado por los oficiales de los servicios secretos de su país. Lo acusaron de conspiración cuando solo hizo lo que siempre hacía: proteger al inocente. Robar(3), su viejo compañero en Les Hommes Mysterieux(4), se hubiera reído (como siempre hacía) de su creencia en la ley. “La Ley es una adicta al poder que hará lo que diga el que se lo provea” le habría dicho. Es increíble descubrir que, llegando a viejo, uno puede seguir siendo igual de inocente que de joven…

Y ahí estaba, tendido en una prisión alemana, torturado por ese aparatoso doctor Zola, que parecía no dejarlo en paz hasta lograr extraerle todos los secretos de su cuerpo, haciéndolo con una eficiencia y desprecio por su bienestar asombroso. Estaba claro que él ya no era Saint Claire ni el Nyctalope a los ojos del médico. En sus ojos era solo un cobayo, listo para experimentar con él.

Leo Saint Claire se volvió a prometer, como ya había hecho muchas veces, que en cuanto pudiera le haría saber que era un ser humano, no un cobayo.

Mientras solo quedaba esperar. Y rezar para que hubiese una oportunidad para…

¿Qué había sido ese ruido afuera?


Jaime Rey(5) escuchó el ruido afuera y se dio cuenta que algo estaba pasando. Las alarmas, las voces a los gritos en alemán, los disparos, todo parecía indicar una cosa que realmente no creía ya posible: el campo estaba siendo atacado. Pero ¿quiénes podían ser tan locos para atacar esto? ¿El maquis? ¿Comandos británicos? Y quienes fueran los atacantes ¿sabían en dónde se metían? ¿No podía dejar que los masacraran!

Se concentró e intentó generar la energía eléctrica con su cuerpo. Parecía que lo lograba hasta que el feedback del aparato amarrado a su cuerpo le propinó una descarga aterradora. Intentó resistirla peor fue imposible. Como todas las veces que lo intentaba, su cuerpo lo castigaba volviendo contra sí mismo su poder. Ingeniosos estos fascistas, tenia que reconocer.

Se levantó como pudo, tozudamente. “Hijo del pueblo, te oprimen cadenas / y esa injusticia no puede seguir; / si tu existencia es un mundo de penas / antes que esclavo prefiere morir” se puso a cantar entre dientes, como hacía cada vez mas seguido encerrado entre esas paredes. Si algo lo sostenía en esos días era su ideario social. Había sacrificado mucho en estos años: su país había quedado en manos de las bestias fascistas, lo mismo que el país donde se había refugiado tras la derrota y el cruce de los Pirineos. Familia, camaradas, amigos, habían caído asesinados por los esclavos del Capital y el Estado negro. Su poder no había sido suficiente y, cuando fue la redada de su célula resistente, terminó abatido pese a sus habilidades. Y ahora estaba allí atrapado por esos animales que quieren conquistar su último espacio: su cuerpo. La rabia y el odio que les tiene no podía describirse. Denle solo un minuto sin cadenas, un minuto…

La puerta se abrió de un golpe. Mejor dicho un cuerpo la abrió de un golpe. Un cuerpo de uno de los fascistas, arrojado a través de ella como una marioneta caída.

El milagro parecía cerca. Jaime Rey, el Hombre Eléctrico, empezó a dar voces de auxilio.


Thea Brand(6) ya había perdido toda esperanza de salir de allí. Cuando se la llevaron los agentes de la Gestapo, supuso que sería un error, que su pasaporte sueco la protegería de cualquier abuso. Pero claro, nadie sabía que le había pasado, nadie sabía que se la habían llevado a ese odioso lugar. Nadie sabía que se la habían llevado de noche, en medio de la niebla. Nadie sabía donde estaba, ni que hacían con ella. Y no sabía por qué. Querían estimular algo de su cuerpo, del que no tenía la menor idea. Ella era una pobre secretaria que hubiera preferido volver a su Suecia natal y olvidarse de este horror.

Pero ese terrible doctor Zola siempre estaba haciendo pruebas con ella. Midiendo, registrando su sus reacciones mientras era sometida a experimentos horribles, que la dejaban sollozando de dolor en el piso... si tenía suerte. Ahora sabía lo que sentían los animales en los laboratorios y se apiadaba de ellos.

Había visto a los otros, al anciano francés al que dañaban los ojos, al joven latino que parecía empeñado en salir de su celda a toda costa, a la chica rusa llegada recientemente, los otros que no habían sobrevivido a las salvajadas de Zola. Todos impotentes ante la situación, esperando al final la muerte o el milagro. Thea ya se había decantado por la muerte.

Pero, por una vez, el milagro llegó primero.

Llegó bajo la forma de un ángel oscuro, con una capucha de orejas puntiagudas que le cubrían la cara, un traje de oficial alemán sin galones y un curioso cinturón. Había abierto la puerta arrojando a un guardia como si fuera una servilleta de papel. Tras hacer eso se paró en la puerta de la sala, solo mirando todo. Viendo que hacer a continuación. Se movió con agilidad hasta su celda y le dijo mientras la abría, en un perfecto alemán:

- Tranquila. Somos amigos. Venimos a rescatarte.

Detrás de él se asomaron por la puerta dos personas más. La mujer le pareció una diosa guerrera, con su pelo negro encrespado y – sobre todo – su mirada acerada, lista para el combate. El otro hombre, con una camisa roja, se movió a una velocidad prodigiosa para un hombre y se asomó en un instante a las demás celdas, antes de decir en un inglés que parecía salir de una película del Oeste:

El que está en la celda tres parece bien. Los otros, habrá que ser cuidadosos.

- No perdamos tiempo entonces – dijo la diosa guerrera. Se acercó a la puerta de la celda de Thea apoyó su mano y con un leve esfuerzo, la arrancó de sus goznes. Tras abrirle, le preguntó a Thea:

- ¿Entiendes inglés?

- Un poco – respondió.

- ¿Puedes caminar? Necesitaremos ayuda.

- Sí – dijo la joven sueca, aunque no estaba segura del todo.

- Bien sígueme.

Fueron hacia la celda del joven español, Allí, el hombre murciélago hablaba con este en otro idioma que ella no alcanzaba a comprender. El murciélago se volvió hacia ellas.: -Abriré la puerta pero debo cortar el circuito eléctrico o lo freiré con los voltios… - dijo.

Justo en ese momento, el exterior empezó a sonar con alarmas de todos lados. Y con ruidos de una destrucción inaudita. Parecía que sus salvadores no estaban solos y que toda su furia se desencadenaba en ese lugar. Recordó el Ragnarok de las viejas leyendas de su país y pensó que, probablemente, sonaría así. Y le aterró pensar que estaba en medio de todo eso.

El joven español salió de su encierro listo para la pelea. Sus manos chispeaban como si los relámpagos salieran de sus dedos. Los siguió hacia la celda del anciano francés. El murcielago habló con él (¿cuántos idiomas sabía?) y dijo a sus compañeros:

- Aquí necesitaremos ayuda. Han sobrestimulado su visión y todo es de un brillo intolerable. Y tiene un corazón artificial.

- ¿Un que? – dijo el hombre velos.

- Lo que oiste. Hay que sacarlo con cuidado.

La diosa habló con Thea:

- ¿Podrás ayudarlo?

Thea asintió.

Antes de sacarlo de la celda, le vendaron los ojos al anciano francés. Thea lo ayudó a pararse y lo agarró con cuidado, guiándolo hacia fuera. El le dijo varias cosas en francés. Solo entendió “merci”.

Quedaba solamente la celda de la joven rusa. Tras sacarla podrían salir de allí. Thea no podía creerlo. Estaba a una celda de su libertad.

Y entonces entró una granada por la puerta. Sin seguro. Rebotando.

Si hubiera pensado, Thea se hubiera quedado paralizada. NO pensó. Solo se arrojó sobre ella, cubriéndola con su cuerpo.

“No puedo creer que haga esta idiotez” pensó un instante antes que la granada le estallara en el vientre, mientras miraba como tres soldados alemanes enormes esperaban en el umbral del laboratorio.


De niña, a Sonia Chuikov(7) le encantaban los cuentos de Hans Christian Andersen que le leía su “vava” en el “kosmosol” donde creció. Los había oído una y otra vez y las historias del libro le quedaron grabadas a sangre y fuego.

Ahora, mientras usaba su poder para generar llamas que calentaran su cuerpo desnudo en esa celda refrigerada bajo cero, se acordaba de la historia de la vendedora de cerillas. Y se preguntaba cuándo se le apagaría a ella la última cerilla e iría donde su abuela, más allá del frío.

Sabía que lago estaba pasando afuera pero el frío constante la había dejado incapaz de hacer algo. Su poder era lo único que evitaba que muriera congelada y no sabía cuanto hacía ya que lo tenía activo. ¿Dos, tres, cuatro días? Quería dormir, estaba agotada, peor en cuanto lo hiciera, su poder se apagaría y moriría ahí, a manos de los alemanes.

Oía voces del otro lado de la puerta de su celda en un idioma que no era alemán, eso seguro y ruido de combate. Hasta sonó la explosión de una granada, amortiguada por algo.

Entonces, alguien golpeó la puerta violentamente. Fue un golpe poderoso de esos que derribaban personas normales. Un golpe como le había visto dar al comisario Stainovolk(8) o al pobre de Piotr Ilich(9) cuando revestía su cuerpo de acero. ¡Pobre muchacho! Era un ucraniano al que el comisario Stainovolk le había hecho la vida imposible, solo porque su familia había sido simpatizante del Batko Makhno(10) durante la Guerra Civil luego de la revolución. Y el comisario concía al padrecito Stalin desde antes de la revolución de Octubre. Así que lo hizo sufrir en todo el entrenamiento, asustándolo con que haría deportar a su familia contrarrevolucionaria si no cumplía sus órdenes al cien pro ciento. Para cuando los atacaron los alemanes (un grupo de superhumanos como ellos apoyado por tanques y soldados en una emboscada perfecta), el pobre Piotr se rindió casi enseguida, cansado de aguantar lo que le tiraran. No como ella, que mató a diez soldados y a un superhumano rival antes que la capturaran y trajeran aquí. Todavía recordaba con horror la violación colectiva a la que la sujetaron antes de subirla al tren.

El combate arreciaba ahí afuera y Sonia desesperaba por salir a pelear. Mejor morir matando a esos cerdos que congelada para que vieran cuanto aguantaba su cuerpo. No quería ser la cerillera de Andersen; quería ser una fiera diosa pagana que se reían a carcajadas mientras mataban a sus enemigos arma en mano. Quería ser una heroína de la Revolución.

Ahora golpeaban la puerta una y otra vez. Alguien insultaba en alemán mientras arrollaba la puerta de acero a puñetazos. Si solo…

La puerta se abrió para adentro y uno de los superhombres nazis arrojó a un hombre de traje rojo mientras una sonrisa de satisfacción le cruzaba la cara.

Sonia decidió que solo le quedaba una cerilla pero que no la usaría como la cerillera de Andersen. Decidió cambiar le cuento.

Olvidándose del frío, de su sufrimiento, de todo, Sonia concentró el poder que le restaba en su mano y lo arrojó. Una bola de fuego cayó sobre el “übermensch” nazi, quien aulló de dolor y salió del umbral de la celda.

El frío ahora arreciaba y Sonia sabía que o salía ahora o no lo haría jamás. Peor no podía dejar al hombre de rojo. Lo sacudió, tratándolo de despertar en lo que parecía siglos. Siglos en los que se congelaba poco a poco.

El hombre de rojo abrió los ojos y la vió, morada de frío. La agarró y juntos salieron de la celda. Lo primero que le dijo no lo entendió, ya que no sabía inglés, aunque su sonrisa fue reconfortante:

- Uhhh… Is it cold in there?


Batman analizó la situación y vió las complicaciones en que se hallaban. Si bien Flash y la prisionera rusa habían logrado detener a su “übermensch” particular, estaba claro que ninguno de los dos podian hacer algo más por el momento. Wonder Woman se encontraba entre los otros dos prisioneros y dos de los supersoldados que el proyecto Nietzche había mejorado, uno conocido como Master Man(11) y otra conocida como Warrior Woman(12). Probablemente peleando uno a uno, su compañera los derrotaría, pero luchar simultáneamente contra ambos la tenía en una posición meramente defensiva que demoraba le tiempo cada vez mas escaso del que disponían para cumplir su objetivo. La joven sueca se había sacrificado por ellos y no sabía si estaba viva o muerta.

Y él mismo se enfrentaba al Killer Shark(13), uno de los oficiales mas despiadados que había visto dentor del campamento. Y había muchos despiadados realmente.

El Shark sabía pelear indudablemente. Tenía el entrenamiento de los cuerpos de élite germanos. Se plantaba como un boxeador pero también se reconocía en su forma de pelear el “jiu jitsu”, la lucha grecorromana, el “savate” francés y, algo extraño en los soldados alemanes, el karate de la escuela Black Dragon japonesa(14). Y sabía usar la daga con la que estaba intentando apuñalar a Bruce Wayne. La única manera de vencerlo rápidamente sería usando una táctica inesperada, una técnica de lucha que no reconozca.

Batman se hizo fluido como el agua, como le había enseñado en Bahia el maestro de capoeira Edson Lima, esquivó con gracia el ataque del Shark y trazó un círculo con sus piernas que derribó a su adversario. Buscó con su mano su cinturón y encontró la pastilla que buscaba. Golpeó la clavícula del Shark, un golpe inofensivo pero lo suficientemente doloroso para que éste abriera involuntariamente la boca. Como una bailarina de ballet, su otra mano enfiló con precisión hacia la boca de su rival. Le puso la pastilla en el paladar y la quebró. El compuesto químico se activó al contacto con la saliva y, diez segundos, después, el Shark caía como un saco de papas, listo para dormir profundamente varias horas. Batman esperaba tener tres segundos antes que se enfrentara a alguno de los rivales de Wonder Woman.

Un segundo mas tarde, Warrior Woman le pegaba un puñetazo que, de haberle dado de lleno, le quebraba la clavícula. Rodó con ella encima. Su fuerza era evidentemente superior a la de un hombre normal y, si no se libraba de ella, su agilidad y entrenamiento de años valdría menos que una condena de la Sociedad de las Naciones(15). Le pegó en el plexo solar. Un hombre normal hubiera aullado de dolor. Una valquiria guerrera de tejido más denso como ella solo se limitó a sonreír y aferrar con una zarpa de acero al cuello del murciélago. La presión continuó y continuó y Wayne no supo si la mujer quería asfixiarlo o solamente quebrarle la traquea.

Lo tenía contra el suelo, todo el cuerpo inmovilizándolo mientras lo asfixiaba. La nazi levantó su otra mano con el puño cerrado, listo para bajarlo sobre su cara. Era algo inevitable. Wayne pensó que al fin se reencontraría con sus padres.

La mano izquierda de Thea Brand detuvo el puñetazo. Su mano derecha noqueó a la sorprendida Warrior Woman. La sueca ayudó a levantar a Batman. Ella tenía todas sus ropas hechas jirones por le estallido de la granada, pero parecía ilesa.

- ¿Está usted bien? – dijo en sueco.

- Perfectamente, gracias – respondió Wayne - ¿Y usted? La pensaba muerta.

- Pues... yo tambien – contestó Thea. – Pero estoy mejor que nunca


Wonder Woman derrotó al soldadito nazi fácilmente. Le hubiese gustado someterlo y controlarlo como William decía que había que hacer. Pero no era le momento par dejarse llevar.

Vió a Flash levantarse, ayudando a la chica soviética. Batman ya estaba poniendo las cargas explosivas en su lugar. Miró el reloj y vió que estaban cinco minutos demorados. No iban a poder llevarse información, solo volar todo en pedazos. No eral o ideal pero hasta ahora cumplían con los objetivos básicos… y además había prisioneros liberados. Prisioneros con poderes. En última instancia eran más personas con las que poder contar para salir de ahí.

SI salían. Esperaba que le resto del equipo hubiera hecho su parte y sostuviera le ataque afuera para poder huir.

Pero no tenía ni idea de cómo estaban las cosas afuera.


CONTINUARA…


Referencias:

1.- Leo Saint- Clair (a) el Nyctalope, héroe de novelas populares del período de entreguerras en Francia. Mas datos en http://www.coolfrenchcomics.com/nyctalope.htm
2.- La republica de Vichy fue un gobierno títere de los nazis que gobernó la mitad inferior de Francia entre 1940 y 1944. Su presidente fue el mariscal Petain, antiguo héore de la priera Guerra mundial y un reconocido conservador.
3.- Robur es el protagonista de dos novelas de julio Verne, “Robur el conquistador” y “Amo del mundo”, creador de un aparato volador más pesado que el aire capaz de viajar a distancias prodigiosas. Una versión más anárquica del capitán Nemo, si se quiere.
4.- Grupo de personajes con poderes especiales de Francia que aparece en la League of Extraordinary Gentlemen de Alan Moore y Kevin O’Neil y al que pertenecen tanto el Nyctalope como Robur. Y que evidentemente existen en el pasado de esta historia.
5.- Jaime Rey no existe como historieta. James King, por otro lado, apareció como el Hombre Eléctrico en la revista El Coyote en 1947 creado por Alfons Figueras, cuando este autor todavía no se decantaba por la historieta humorística. Desde ya las historias del personaje en este universo son muy diferentes de las publicadas.
6.- Thea Brand tampoco existe como personaje, pero esta basada en Dotty Virvelind, personaje sueco del os años cuarentas (la ficha aca http://www.internationalhero.co.uk/d/dottyvirvelvind.htm ). Por cierto, el nombre tiene lógica: “Dotty Burns” se puede traducir en sueco como “Thea Brand” sin que suene raro. Gracias a mi hermano Santiago (que sabe sueco) con la ayuda de la traducción del nombre…
7.- Sonia Chuikov, alias Fireball, es miembro de The Allies, un grupo aparecido en la revista Young all-Stars y compuesto por personajes de países aliados de USA en la Segunda Guerra Mundial. Veremos como aparecen, si aparecen, los demás integrantes…
8.- Stainovolk fue una creación de john Ostrander que sel o vió regularmente en el Suicide Squad y Firestorm cuando éste las escribía. Piensen en la versión stalinista del super soldado.
9.- Nah, no es quien piensan… =)
10.- Nestor Makhno, conocido como Bathko (padrecito) fue un lider popular anarquista que peleó en la Revolución rusa en Ucrania. Se enfrentó a los ejércitos blancos y creó una zona liberada en un sector de la Ucrania campesina. Pero el gobierno soviético, cuando pudo decidió eliminarlo , por ser una amenaza al régimen. Logró huir a París y se convirtió en un héroe del anarquismo internacional. Mas datos: http://es.wikipedia.org/wiki/Néstor_Majnó
11.- Master Man , Wilhelm Lohmer, enemigo de los Invaders
12.- Warrior Woman, ,Julia konig es otra enemiga de los Invaders
13.- Lo vimos en el capítulo anterior
14.- Escuela que habran visto los que vieron Fist of Fury con Bruce Lee o su remake con Jet Li.
15.- La Sociedad de las Naciones, antecesor de la ONU. Fundada en 1919 y que se disolvió ante lai mposibilidad de detener la Segunda Guerra.

3 comentarios :

  1. la portada ha quedado fenomenal con ese Batman vestido de Nazi. En cuanto a la historia ha sido un episodio bien hilado y movido, tanto que cuando le he agarrado gusto termina con un buen gancho. De verdad me ha dejado con una sensación placentera y ganas de más. Excelente trabajo.

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  2. Roberto Barreiro continúa construyendo su “universo de superhéroes pulp” y, después de presentarnos tanto a las versiones de unos conocidos héroes y villanos, ha decidido ampliar miras e incluir elementos de muy diferentes fuentes. Nos encontramos adiciones procedentes de la fantasía francesa, española o sueca que se unen al crisol de personajes. Pero el mismo autor ya se ha dado cuenta que una colección no puede sostenerse únicamente con presentaciones (aunque sucediesen cosas en “segundo plano”) y nos promete más acción en futuras entregas con el cliffhanger de final del número.

    Respecto a la portada, excelente trabajo del versátil Edgar Rocha. No era nada fácil plasmar esa imagen, y ademas con unos personajes tan desconocidos, pero ha salido airoso del desafío. Su trabajo se ha convertido con el paso del tiempo en uno de los pilares fundamentales de todo AT.

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  3. Y la historia avanza... un pasito. Efectivamente, Roberto dedica todo este episodio a contarnos la liberación de los prisioneros metahumanos con los que experimentaban los nazis, al tiempo que nos presenta con detalle a cada uno de ellos, y sólo eso. Sin embargo, el episodio no me ha parecido aburrido en ningún momento, y el ejercicio de "mitografía creativa" realizado por el autor (incluyendo en el mismo universo a personajes de muy diferente procedencia) es ciertamente notable.

    Así que, bueno, la historia no avanza mucho, pero tampoco me ha parecido algo demasiado grave. A ver cómo se plantea el siguiente número... :)

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