Superman nº 14

Título: El Juramento
Autor: Jose Luis Miranda
Portada: Roberto Cruz
Publicado en: Julio 2006


Enviado a la Tierra desde el moribundo planeta Krypton, Kal-El fue criado por los Kent en Smallville. Ahora como un adulto, Clark Kent lucha por la verdad y la justicia como...
Creado por Jerry Siegel y Joe Shuster


Prólogo.

El General Zod entró en la nave de Brainiac completamente eufórico.


- ¿Lo has visto? ¿Has visto el combate? ¡Qué emoción, qué espectacularidad! ¡¡Para esto he nacido!! Conquistaré este atrasado planeta a sangre y fuego. Dime ahora quién es el mortal más poderoso del mundo.

Brainiac estaba sentado en el sillón de mando. Parecía ausente, desconectado. En realidad estaba meditando. El otrora Vril Dox, científico del planeta Colu, había evolucionado a un estado con dos fundamentos bien claros: la absorción de conocimiento y la destrucción de quienes pudiesen amenazar su existencia.

Brainiac escuchaba, a un exaltado Zod, relatar detenidamente la batalla contra el Capitán Marvel. Estas palabras le recordaron la guerra que él libró contra Imperiex.1


Imperiex
A su término la consciencia de Brainiac fue transportada al pasado. Deambuló como polvo cósmico por galaxias y eras hasta que llegó a un planeta muy avanzado tecnológicamente. Allí, se introdujo en una de sus computadoras. Cuando la dominó le ordenó la construcción de un poderoso cuerpo y una gigantesca nave en forma de cráneo. Ambos elementos de un color verde intenso y forjados con una aleación de metales que los hacían casi indestructibles. Una vez acabado el cuerpo, la consciencia de Brainiac se introdujo en él. La nave se convertía en una extensión del cuerpo al obedecer su más mínima orden mental.

Después, se conectó a las bases de datos de los ordenadores y comenzó a absorber los saberes científicos y humanísticos de aquel planeta. Un ansia de adquirir más y más conocimientos le dominó por completo. Desde ese momento, supo que esa directriz marcaría el norte de su vida. El otro instinto que surgió a la vez fue el de la supervivencia: debería destruir todo aquello que pudiese impedir el anterior objetivo. El recuerdo de sus pasadas derrotas con Superman fue determinante para considerar al kryptoniano como una amenaza. Por ello, incorporó a su nave las más extraordinarias y mortíferas armas.

Cuando fue descubierto, las gentes de aquel planeta intentaron cortar el acceso a sus redes informáticas. Brainiac, no aceptó la idea de que se le negaran nuevos datos y comenzó una guerra contra aquel mundo. La lucha terminó cuando el computador humano lanzó armas atómicas aniquilando una de sus ciudades: Kandor. Después, ordenó a su nave que se alejara de aquel lugar llamado Krypton e inició un viaje por el espacio con la intención de volver a su presente. Fue un largo periplo en el que encontró muchos otros planetas con diferentes culturas. Todos los que no aceptaron sus exigencias fueron destruidos. En una de esas paradas consiguió dotar a su nave de la velocidad luz. La alcanzó y traspasó la barrera del tiempo llegando a nuestro presente.

En su cerebro computerizado persistía la visión de Superman como enemigo. Sin dudarlo, rememoró los recuerdos más ocultos del kryptoniano. No en vano en más de una ocasión se había introducido en su mente con la intención de matarlo o dominarle. Uno de los pensamientos más trágicos para el héroe fue cuando terminó con la vida de tres supervillanos que habían destruido la vida de su planeta. Dicho acto aún le atormentaba. Brainiac pensó que a lo mejor podría clonar a alguno de ellos para usarlo como aliado en su futuro enfrentamiento. Su sorpresa fue mayúscula cuando encontró que uno de los tres, el General Zod, estaba vivo aunque inmerso en un profundo coma.2

Zod seguía presumiendo de haber matado al Capitán Marvel. Estas palabras demostraban a Brainiac que el General nunca sería un dócil peón que sirviera a sus propósitos. Zod tenía voz propia y las cosas demasiado claras. No sólo quería lograr la muerte de Superman. Sin duda, quería gobernar la Tierra. Brainiac activó el equipo médico y mientras comenzaba a curar las heridas de Zod, le preguntó:

-General. ¿Debo suponer que ya se siente preparado para la misión principal? Le recuerdo, que cuando le encontré, era usted un amasijo de huesos sin vida. Gracias a mi inteligencia y poder se ha recuperado por completo. Creo que me debe…


- Sé que te debo mi resurrección.

- Ya ha demostrado ser el más fuerte. Ha vencido a Lobo, Green Lantern y Capitán Marvel. Cada vez que actúa da más pistas para que nos localicen. En la luna se encuentra la Atalaya de la Liga de la Justicia. Mi nave tiene un sistema de camuflaje que hasta ahora ha impedido que nos detecten, pero esto no será eterno. ¿No es hora ya de ir a por Superman?

- Dije que quería sentirme el mejor. Pelear contra cuatro de los mejores. Sólo falta un rival más… y una entrevista.

- ¿Qué rival puede haber más poderoso que los vencidos? ¿Y la entrevista?

- No he elegido a este rival por sus poderes sino por sus habilidades, dicen que es el hombre más peligroso del mundo. Aquí le llaman Batman. Y la entrevista. Bueno… no soy tonto. Enfrentarse a tanto superser tiene sus riesgos. Puede que se unan contra mí. No puedo enfrentarme a todos ellos en un combate abierto. Necesito aliados. Y qué mejor aliado que el presidente del país más poderoso de este planeta.

- ¿Estás hablando de…?

- Luthor. Lex Luthor. Y no dudes, ni por un momento, que la alianza entre Brainiac, Luthor y Zod será mortal para el campeón de los oprimidos. Superman va a sufrir. Va llorar por sus seres queridos. Se arrodillará ante mí y suplicará por su vida. No tengas un asomo de duda. Mis palabras son profecías.

Capítulo 1

Nueva Génesis. Un planeta contrario por completo a Apókolips. La libertad, la renuncia a toda forma de violencia, la cultura, son las fuentes de las que bebe su sociedad. El Alto Padre es su máximo mandatario. Su nombre real, Izaya, había quedado olvidado en el devenir de los años. Este pacífico dirigente transmite a sus interlocutores una enorme calma y tranquilidad. Su elevada estatura, los espesos y largos cabellos canos, la abundante barba y la dulce y armoniosa voz son sus rasgos físicos más destacados.


El Alto Padre estaba en la Sala de la Fuente. La Fuente es un muro mágico en donde una misteriosa mano llameante aparece para escribir en él mensajes de signo profético. El último mensaje leído le había producido una terrible pesimismo. El Alto Padre se sentó frente al muro. Golpeó el suelo con su cayado y una energía verdosa envolvió la estancia. Acto seguido volvió a golpear con el bastón y un Boom Tunel hizo irrupción en medio de la estancia. Este túnel conectaba dos lugares por alejados que estuvieran, a través de él apareció un asombrado Superman.

- ¿Qué…? ¿Dónde…? ¿Alto Padre? ¿Estoy ante La Fuente? No, ahora no. No sé que necesitas pero debe esperar. En Metrópolis hay gente muriendo, tengo que acudir allí de inmediato.


- Debes escucharme, Superman. Tengo algo muy importante que comunicarte. Por tu misión, no te preocupes. Esta aureola verde que nos rodea ha congelado el tiempo. Te aseguro que cuando nuestra conversación acabe serás devuelto al mismo minuto del que saliste.

- Rápido. ¿Qué quieres?- Superman se sentía impaciente. El Alto Padre siempre había sido un apreciado aliado. No quería ser descortés, pero el saber que la ciudad estaba siendo atacada le nublaba la mente. Además, el dolor de las heridas de la pelea contra Lobo seguía latente y aumentaba su irritación.

- El ser que está destruyendo Metrópolis se llama Krakoom. Acabo de descubrir que es un hijo no conocido de Darkseid.

- ¿Le ha enviado él a mi ciudad?

- Eso me ha dicho La Fuente. La mano llameante ha escrito varias frases en la fuente. Algunas necesitas saberlas. Ahora escucha. Hace muchos años un joven Darkseid y su tio Steppenwolf hicieron una incursión en Nueva Génesis matando a mi prometida Avia. Dicho suceso dio comienzo a la guerra entre Apókolips y Nueva Génesis. La reina Heggra, madre de Darkseid, cruel y tiránica, era quien gobernaba los destinos de Apókolips. La guerra fue larga y cada vez más brutal. Comprendí que aquel camino sólo llevaría al aniquilamiento de ambos mundos. Rechacé la guerra, la violencia como medio para conseguir fines y pregunté a los viejos dioses que me indicaran un nuevo sendero. Fui respondido. Ante mí apareció este muro, y esa mano llameante que escribió la palabra Fuente. Para cancelar el enfrentamiento con Apókolips intercambié a mi propio hijo, al que conoces como Scott Free o Mister Miracle, por el hijo de Darkseid, Orion.


Heggra
- Alto Padre, necesito irme

- Pero, antes de Orion, Darkseid tuvo otro hijo. En contra de la voluntad de su madre Darkseid se casó con Suli. De esta unión nació un hijo llamado Kalibak, uno de los guerreros más despiadado, cruel, sanguinario y poderoso de Apókolips. Sin embargo, pronto se vio que Kalibak carecía de la inteligencia necesaria para dirigir Apókolips en el futuro. Como ya he dicho, la reina Heggra, la madre de Darkseid, nunca aprobó la unión entre su hijo y la científica Suli, así que ordenó a Desaad, el torturador oficial de Apókolips, que acabara con la vida de su nuera. Así ocurrió.

- ¿Y Darkseid que hizo?- Superman acababa de interesarse por la historia.

- En aquel momento no supo que Heggra y Desaad orquestaron esta muerte. Al poco tiempo, Heggra, obsesionada por tener un nieto digno que asegurara en otra generación su linaje, ordenó a su hijo que volviera a casarse. Esta vez la elegida fue Tiggra. De esta unión nació Orion. Pero, como ya he explicado, acabó criándose en Nueva Génesis. Heggra se veía envejecer y la locura hizo mella en su mente. Su único pensamiento era que su hijo tuviera asegurada la sucesión. Su enfermizo cerebro no veía a ninguna candidata y empezó a planear un tétrico plan. La única mujer realmente digna era ella misma.


- ¿Quieres decir qué…?

- Heggra volvió a contactar con Desaad. Éste inoculó un bebedizo a Darkseid que anuló su voluntad. Heggra cometió incesto con su hijo y quedó embarazada.

- No puedo creer que Darkseid nunca supiese…

- Lo descubrió. Heggra ocultó su embarazo hasta que se hizo evidente. Darkseid no podía entender como su madre había quedado nuevamente embarazada. Al fin, nació el niño al que llamaron Krakoom. Hermano e hijo a la vez de Darkseid.

- Es increíble.

- Algo en la mente de Darkseid empezó a despejarse cuando lo vio nacer. Fue a hablar con Desaad y éste, fiel al alma de víbora que posee, le reveló toda la verdad. Por supuesto, eludiendo su participación. Aún así, Desaad fue torturado durante meses por ocultar información a su amo. Darkseid supo del asesinato de Suli, supo del maquiavélico plan de su madre y loco de ira se dispuso a estrangularla. Heggra al ver llegar enfurecido a su hijo comenzó a reir (Ja, ja, ja, ja. He conseguido mis propósitos, te he dado un heredero digno. Tiene tu fuerza y la mía. Me lo agradecerás en tu vejez.) Así murió Heggra, riendo con la mano izquierda de Darkseid en su garganta.

- ¿Y el niño?

- Las criadas de Heggra le ocultaron siguiendo sus instrucciones. Fue criado en recónditos lugares de Apókolips. Darkseid le buscó durante años sin fortuna. Cuando le encontró Darkseid intentó matarlo. Pero, Krakoom poseía la fuerza de su padre, un terrible aliento llameante, afiladas garras y el don de la regeneración. Su carne, piel y hueso curan a ojos vista. Sólo con ayuda de la magia Darkseid consiguió encerrarlo en una caverna de Apókolips en donde ha permanecido casi dos décadas. 3

- ¿Qué hace en Metrópolis?

- Alguien le liberó. Se enfrentó a su padre y, nuevamente, salió derrotado. Darkseid le ha hecho algo, le ha desposeído de su capacidad para pensar y le ha enviado a tu ciudad.

- ¡Darkseid, siempre Darkseid! Envíame a Metrópolis. Encontraré la forma de detenerlo.

- Hay más. La fuente anunciaba tu muerte a manos de un encarnizado enemigo llamado…

- Zod.

- ¿Cómo lo sabes?

- He recibido un mensaje suyo. ¿Qué más decía? ¿Te ha dicho quién es este nuevo Zod?

- Textualmente La Fuente ha dicho: Del pasado llegará la muerte para el Hijo de las Estrellas. Zod será su mortaja, a menos que el hombre del mañana sepa aceptar la muerte con antelación.

- ¿Qué quiere decir eso? ¿Del pasado? El único Zod de mi pasado está muerto. ¿Aceptar la muerte con antelación? ¿Debo suicidarme, dejarme matar por Krakoom?

- Debes interpretarlo. Sigue mis consejos. Eres una fuerza inmensa del bien. El campeón de la justicia más importante del universo. Debes seguir mis indicaciones. Eres una luz para la humanidad. Planetas enteros te alabarán. Tu legado pervivirá por siglos…

- Calla. Nada de eso es cierto. Sólo soy un hombre. Un ser humano que hace lo que está en su mano para ayudar. No soy campeón de nada. Me llaman Superman, pero puedo fallar como cualquier mortal. No he pedido que me reverencien ni que me sigan. No puedo cargar con tales responsabilidades.

- Pero, tu misión…

- Al diablo mi misión. Estoy harto de misterios. Alto Padre, Krakoom está matando gente. ¿Qué has hecho para impedirlo? ¿Has enviado a Orion y a Lightray para detenerlo?

- Yo… la violencia engendra más violencia. Si interfiero en el ataque de Darkseid la guerra entre nuestros mundos puede reanudarse de nuevo y…

- ¿Y es mejor dejar morir a inocentes?

- He intentado avisarte. Esto va más allá de Krakoom. Estamos hablando de tu futuro. La muerte es la única respuesta a Zod. Sólo a través de ella lograrás la salvación. No intentes resistir a su abrazo.

- Alto Padre estás loco. Cuando encuentre a Zod…

- Zod te encontrará a ti. No cedas al odio o a la venganza. Aunque el sufrimiento afecte a los que te rodean. Nunca cedas al mal. No te conviertas en él.

- Basta. Déjame irme a Metrópolis. Debo detener a Krakoom.

Capítulo 2.

El Boom Túnel transportó a Superman justo encima de Metrópolis. Los dolores de sus heridas se intensificaron. No estaba en el mejor momento para el combate. Pero, no podía esperar más. Krakoom acababa de arrojar un autobús contra un edificio. Superman lo cogió en el aire y lo depositó en el suelo. Después, se situó frente a Krakoom y le habló:

- ¿Puedes entenderme?

Krakoom estaba enloquecido. El dispositivo que Darkseid le había insertado le había quitado toda capacidad de raciocinio. Frente a él sólo veía enemigos horrendos a los que debía dar muerte. Realmente no era consciente del daño que había causado. Sus palabras repetían su nombre sin cesar.

- KRAKOOM, KRAKOOM…

Comenzó la pelea. Desde el primer golpe que intercambiaron Superman entendió que estaba ante un rival terrible. Krakoom era tan fuerte como él e igual de rápido. Sin embargo, sus heridas sanaban en segundos. Por más violentamente que golpeara Superman, Krakoom había regenerado el golpe anterior. Superman no daba pausa. Golpeaba con toda su fuerza, consiguiendo incrustarle en el suelo. Su visión de rayos equis observó los huesos partidos de su enemigo. Pero, aquellos huesos en cuestión de milésimas estaban intactos. Krakoom se levantó y comenzó su ataque. Sus terribles garras buscaban penetrar a Superman. Al quinto impacto el héroe sangró por el brazo. Su invulnerabilidad resistía, pero pequeñas heridas iban surgiendo en su cuerpo y en su rostro.

Superman proyectó su visión de calor. Krakoom hizo lo mismo con su aliento de fuego. Ambos contendientes cayeron al suelo cubriéndose el rostro con las manos. Superman se elevó y decidió atacar desde el cielo. Su aliento gélido envolvió a Krakoom, pero éste fracturó el hielo y ciego de rabia saltó hacia el Hombre de Acero. Allí, le recibió Superman con un golpe extraordinario que le catapultó de nuevo al asfalto. Superman intensificó sus ataques desde el aire, golpeándole a supervelocidad desde todos los ángulos posibles. Por un momento, Krakoom parecía a un paso de caer. Los rayos de calor abrían brechas en el cuerpo del monstruo que el kryptoniano rellenaba con su aliento de hielo triplicando el daño de la herida. Pero el hijo de Darkseid se recomponía a la misma velocidad que era dañado.

Krakoom movió su brazo izquierdo a una velocidad inmensa y consiguió rasgar los ojos del hombre de acero. Aunque su invulnerabilidad le salvó de perderlos, quedó aturdido y no pudo evitar ser agarrado por la pierna. Krakoom le aplastó contra el suelo y clavó sus garras un centímetro en el pecho del héroe. Superman le pegó en el estómago y se lo quitó de encima. Krakoom volvió a proyectar su aliento infernal y Superman quedó envuelto en llamas. Krakoom clavó ambas garras en los costados del kryptoniano que cayó de rodillas.

La visión de rayos equis escudriñaba el interior de su enemigo. Superman buscaba algún órgano dañado, algún punto que no se hubiera regenerado. No encontraba nada. Parecía como si no hubiesen intercambiado un golpe. Entonces, Superman se planteó seriamente lanzar un ataque al cuello de visión, hielo y fuerza para intentar seccionarle la cabeza. Cuando se disponía a ejecutar la acción lo vio. Vio el chip que Darkseid le había insertado en el cráneo. Inmediatamente comprendió que aquel aparatito, del tamaño de una micra, era el causante de aquella locura. Concentró su visión calorífica y lo destruyó en un segundo.

Krakoom dio un paso atrás. Parecía despertar de un profundo sueño. Miró a su alrededor y observó toda la destrucción causada. Lo siento, lo siento… gimoteaba. Yo no quería… Siguió retrocediendo, hasta que se paró y hundiendo el rostro en las manos empezó a llorar pidiendo perdón. Superman se había levantado. La rabia le inundaba. Su primer pensamiento fue el de seguir golpeándole. Pero, bajo el dolor y la indignación entendía que Krakoom no era sino una víctima más. Kal-El miró al cielo y lanzó un alarido terrible:

- ¡¡¡¡Darkseid. Maldito malnacido!!!! Superman gritaba con toda la fuerza de sus pulmones. En algunas de las casas cercanas estallaban los cristales. ¡¡¡¡No te importa nada el sufrimiento de los demás. Sé que me estás oyendo. Sé que te estarás riendo en tu trono. Escúchame bien. Escúchame maldito dictador. No vas a salir ileso de esto. Prepárate para perder todo lo que consideras tuyo. Prepárate para responder de tus crímenes a la justicia!!!! ¡¡¿Me oyes, monstruo?!! ¡¡¡¡Te lo juro por mi vida. Te lo jura Superman. Y que me muera si incumplo este juramento. Vas a pagar cada una de estas muertes. Te lo juro!!!!

Capítulo 3

Apókolips.

Darkseid observaba toda la escena sin mover un músculo de la cara. Desaad, a su lado, se estremecía de pavor. Detrás de ellos, la tenebrosa corte del dictador y el parademonio que había liberado a Krakoom atado a un potro de tortura. 4 Darkseid habló calmadamente:

- Abuela Bondad, llévate a este traidor. Refiriéndose al parademonio. Quiero que aprenda el significado de la palabra sufrimiento. Quiero que pierda sus dientes, su piel, trozos de su cuerpo, pero que no muera. Anúnciale la fecha de su muerte para dentro de cinco años. Y recuérdale que la cueva tenía cámaras. Vigiladas por dos de sus compañeros que sufrirán el mismo castigo.

- Amo- dijo tímidamente Desaad. Krakoom sigue suelto y respecto a Superman… bueno… nunca le había visto tan enfurecido.

- Desaad, ¿te he dado yo permiso para hablar? Yo no conozco el miedo.

El esbirro calló y nadie se atrevió a hacer el más mínimo comentario. Darkseid se retiró pronto a sus aposentos, no sin antes ordenar un reforzamiento de la guardia nocturna. A pesar de su aparente frialdad, aquella noche la pasó inmerso en pesadillas en las que un hombre de capa roja le arrancaba la cabeza y la paseaba por las calles de Apókolips entre los vítores de la población. Más de una vez despertó murmurando: Maldito kryptoniano.

Capítulo 4

Metrópolis.

Superman recogió a un lacrimoso Krakoom y lo dejó en las instalaciones del centro de investigación genética Proyecto Cadmus. Mañana se ocuparía de hablar con él. Estaba realmente fatigado. No podía pensar con claridad. Lobo, Zod, ahora el ataque de Darkseid. Todo resultaba extremadamente difícil. Al entrar en el apartamento vio que Lois estaba llorando.

- Lois, ¿qué sucede?

- Mírate como vienes. Herido, sangrante… Siempre tienes que ir tú a salvar al mundo.

- ¿A qué viene esto? No es la primera vez. ¿Cómo iba a desoír las llamadas de auxilio? Ya sabes lo que es mi vida. Te casaste sabiendo lo que suponía ser la mujer de Superman. ¿Qué sucede realmente?

- Quizá sólo me he preocupado por verte luchar en televisión. Lo vimos en el Planet. Quizá es que quiero sentirme atendida de vez en cuando. Que me hagas el amor, que me digas que me quieres. Quiero sentirme especial para ti. No quiero ser una más de las personas a las que salvas.

- Lois, por favor. Te quiero, ¿cómo puedes dudar eso?. Hoy no..., hoy no quiero discutir... Estoy mal, herido, cansado… Te necesito...

- Clark... No lo demuestras. No te fijas en mí… Maldición, algo ha cambiado… ¿Es que no lo escuchas…? ¿Puedes oír el zumbido de un mosquito en China y no te has dado cuenta…?

- ¿Cuenta de qué…?- Clark concentró su superoído en el interior de Lois. Y escucho el latido vibrante de otro corazón. Lois tenía dos corazones… Lois estaba…

- Embarazada… Estoy embarazada… Desde abril. Lo he confirmado hoy. Noté mareos y tras verte ganar fui a urgencias.

- Pero, esto es maravilloso… ¿Cómo no me he dado cuenta? ¡¡Dios mío, es la mejor noticia que podrían darme!!

- Apenas he podido hablar contigo en estos meses. Noté la falta de la menstruación, pero como otras veces fueron falsas alarmas tampoco te lo comenté.

- Debí darme cuenta… mis supersentidos... Lois, lo siento. Siento mucho no estar tanto como debiera.

- Vamos a ser padres, Clark… Ven aquí. Abrázame, vayamos dentro y ...

Clark estaba increíblemente emocionado. Se dispuso a besar a Lois y llevarla en brazos al dormitorio cuando se detuvo en seco. Escuchó a dos kilómetros de allí como tres pistolas salían de sus fundas de cuero.

- Espera... Lois... Lo siento, se trata de... una urgencia. Vuelvo enseguida…

- No puedo creerlo… Vete a donde quieras... ¡Vete al infierno…!

- Lois...

Lois se había encerrado ya en la habitación dando un portazo. Superman oyó el sonido de la puerta cerrando cuando evitaba que seis balas impactaran en el pecho de un comerciante. Una vez los atracadores estaban en comisaría retornó a su apartamento e intentó entrar en la habitación. Lois se negó.

Capítulo 5

Metrópolis

A la mañana siguiente, Lois despertó. Se había acostado con la ropa puesta y el rimel corrido por las lágrimas. Vio la almohada manchada. Salió de la habitación, pero Clark no estaba. Algún puto avión en problemas, pensó. Cuando iba al baño sonó el timbre de la puerta. Por la mirilla vio a un cartero que llevaba una rosa y un sobre en las manos. Abrió la puerta. Esto es cosa de Clark, se dijo:

- Buenos días. ¿Lois Lane?

- Si soy yo.

- Esto es para usted, dijo el cartero dándole la rosa y el sobre. Lois abrió el sobre y leyó la carta de su interior: Regalarle una sola rosa sería un insulto. Ni un millón de rosas pueden compararse con su belleza. Firmaba el millonario que entrevistó: Julian Jurgens.

El cartero señaló hacia el pasillo. Lois miró y vio como miles de rosas lo ocupaban. Las paredes los techos, los suelos. Rosas, blancas, rojas, amarillas, azules... Lois quedó sin habla.

- Desde luego, debe ser un hombre enamorado. ¿Me firma aquí, por favor?

Epílogo.

Gotham City

Zod estaba acechando a su último reto. Había derrotado al asesino más peligroso de la galaxia, al portador del arma más temible del universo y al mortal más poderoso del mundo. Allí, estaba su última víctima. Sabía que Batman no podía ser rival para él. A la distancia a la que estaba podía lanzar una ráfaga de visión calorífica capaz de partir al murciélago en dos. Pero no quería matarlo. Quería comprobar si era igual de hábil.

Batman acababa su ronda nocturna. Se balanceaba desde lo alto del edificio a su Batmóvil. Un segundo antes de abrir la puerta algo impactó contra el maletero destrozándolo por completo. Batman dio un salto hacia atrás. Zod sostuvo el coche lo levantó y comenzó a comprimirlo en una bola redonda de la que goteaban grasas, aceites y combustible.

- Hola, Batman. El mayor maestro de lucha vivo. O eso dicen. Realmente, podría aplastarte como a una cucaracha antes de que parpadearas.

- ¿Quién eres?

- Zod. General Zod. Empecemos.

Zod se situó enfrente de Batman adoptando una posición de combate del Kung Fu. Zod no quería utilizar su supervelocidad, ni su fuerza, sabía que en cuanto lo hiciera Batman moriría. El murciélago maldijo para sí haber dejado el señalizador de la Liga en el Batmóvil y se preparó para la lucha. Zod le atacaba cada vez con un arte marcial diferente. Batman respondía deteniendo todos sus movimientos. Batman inició una serie de ataques con las artes marciales más desconocidas. Pero Zod, respondía, igualmente, contrarrestándole a la perfección. Cada uno se adaptaba al otro. Ninguno encontraba una guardia baja. Una hora duró el baile. Zod alzó las manos haciendo ademán de que aquello terminaba. Se situaron frente a frente y se miraron a los ojos. Zod saludó militarmente.

- Bien, he completado mi entrenamiento, soy tu igual en destreza.

- ¿A qué ha venido esta absurda danza?

- Debía probarme. Ahora sé que soy el número uno. Kal El es bueno, pero no es rival para mí. Avísale, aunque ya sabrá de mi presencia. Dile que he vuelto y que eso significa su fin. Dile que todo lo que ama será destruido. Dile que se arrodillará ante Zod.

- He oído a otros decir cosas similares y les he visto perder ante Superman. Además, todos estaremos a su lado.

- Nunca se ha enfrentado a alguien como yo. Adiós.

Dicha la última palabra Zod sopló creando un huracán que arrojó a Batman a 130 kilómetros por hora contra los contenedores de basura del final de la calle. Allí, permaneció inconsciente varias horas. Al despertar, llamó a Alfred por el comunicador del cinto:

- Creo que tengo un par de costillas rotas. Ven con el otro Batmóvil. Ah, llama a Clark. Necesito hablar con él.

Continuará...

José Luis Miranda Martínez.
Julio 2005- Marzo 2006
Dedicado a Diana Miranda, causa de tanto retraso.
jlmirandamartinez@hotmail.com

Nota del Editor: Por si alguno no se ha percatado este fan-fic supone un cambio importante en la continuidad de Superman. En la parte inicial del mismo habéis podido leer la trayectoria de Brainiac tras lo ocurrido en la historia Mundos en Guerra (publicada hace un par de años por Norma Editorial) y cómo influye en el desarrollo del planeta Krypton. Este hecho puede que altere en mayor o menor medida la Historia tal y como la conocíamos (y tal y como la concibió en su momento John Byrne). Pero sus efectos no se explicarán en esta serie, sino en La Leyenda de Superman, escrita también por José Luis Miranda y que podréis leer en Action Tales.
Referencia: 

1 Al final de la saga Mundos en Guerra. Con posterioridad ha vuelto a salir en el Universo DC. Nuestra continuidad en Action Tales comienza poco después de esta historia.
 2 Superman 6.
 3 Todo el relato está sacado de las historias de Jack Kirby para la colección Nuevos Dioses, excepto lo referido a Krakoom que es invención para esta historia. Planeta DeAgostini publica actualmente todas las colecciones del Cuarto Mundo en tomos mensuales
.4 Superman Action Tales 11.

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