Showcase nº 05: Owlman

Titulo: La madriguera del conejo (II)
Autor: T-Reilly
Portada: Juan Andrés Campos
Publicado en: Abril 2007

Bruce Wayne está desquiciado... y el objetivo de su locura es el comisario Thomas Wayne. ¿Qué ocurrirá cuando Owlman es el único capaz de detenerle?
En el Universo de Anti-Materia existía la denominada "Tierra-3", un versión muy distinta del mundo que conocemos... En ella el Sindicato del Crimen de América era el mayor grupo de villanos conocido y nadie podía detenerlos, porque el Mal siempre gana. Ésta es la historia de uno de sus miembros...
Creado por Gardner Fox y Mike Sekowsky


Ambos cuerpos, desnudos, se tocan, fundiéndose con besos de pasión entre mares de sabanas. Labios que besan, manos que acarician, miradas que se cruzan. La Luna es testigo mudo de esta noche de pasión.
Thomas Wayne, se levanta de la cama, deambulando semidesnudo por las sombras de aquel apartamento, que no reconoce. Su paseo toca su fin al llegar a la terraza. Atraviesa el umbral tras correr la puerta. Necesita tomar el aire. La noche es calurosa y desea tomar aire fresco.
-Eres un cerdo. –Resuena una voz femenina, a su derecha.
Con pasmosa tranquilidad, mira hacia derecha para ver la figura de Superwoman, flotando allí en el aire frente a la terraza. Embutida en su ajustado traje negro, que permite apreciar la belleza de sus impresionantes curvas.
-Vamos Lois, no seas celosa. –Responde Thomas.
-Te mataría si no te amase tanto. –Exclama la bella mujer de melena negra, ondulando al viento.
-¿Amar?, vamos retorcida fulana, sabes que tu no eres capaz de eso, lo nuestro es solo físico. –Se burla, ante la expresión de ira, de su compañera. –Además, sabes que Ultraman nos mataría si se enterara.
-Ultraman quiere verte. –Expone la enfadada Superwoman.
-Dile que estoy ocupado. –Responde Thomas, girándose para volver al interior del apartamento.
-¿Cómo se llama? –Pregunta la mujer, antes de que el hombre la deje.
-Creo que Selina Kyle, la verdad es que ni lo recuerdo. –Se mofa Thomas.
El hombre mira hacia la cama, en el interior del apartamento, a través de la puerta de cristal... la cama esta vacía.
-¿Qué le has hecho? –Pregunta Thomas sin girarse.
-¿Yo?, nada, no me he movido de aquí.
La puerta de cristal que separa la terraza del interior del apartamento se parte en mil pedazos, que caen sobre Thomas.
-Bien carne, ya te he probado. –Se burla Curare, que aparece blandiendo su espada contra Thomas. –Pero ahora es tiempo de morir. –Añade lanzándose sobre el hombre.
Thomas coge carrerilla, corriendo descalzo sobre los cristales rotos, que bañan el suelo. Sus pies dejan de tocar el suelo y un enorme salto le lleva a surcar el suelo, para caer en brazos de Superwoman, que utiliza su súper fuerza para golpear la terraza destruyendo parte de la fachada del edificio y con ello a Curare, que se precipita al vacío.
-En el fondo sé que no puedes vivir sin mí. –Añade irónicamente Thomas, mientras la mujer le mantiene entre sus brazos.
-Si Ultraman no te necesitara te dejaría caer. –Responde mientras se alejan volando.
El pequeño Bruce, baja de la cama, mientras la atención de su hermano y de su madre se centra en la lectura de aquel libro. Sus diminutos pies tocan el suelo, descalzos, caminan uno tras otro, conduciéndole a la aventura, hacia el misterio, conduciéndoles hasta la puerta de la habitación. Esta se abre lentamente, empujada por una brisa que no sopla hacia ningún sitio y desde ningún sitio. Chirrido le anuncia que el mundo exterior se abre ante él.
-¡Malditos cabrones!, ¡Corred desgraciados!, ¡Vamos a perder el partido por vuestra culpa, hijos de puta! –Su padre increpa a los jugadores, del partido que ve por televisión.
Una botella de cerveza explota tras impactar contra la pantalla de televisión. Tom Wayne se levanta enfurecido sin percatarse de la impresión que causa en su pequeño hijo, Bruce.
Un susto, un sollozó y todo se detiene. El tembloroso cuerpo del pequeño es acogido entre los brazos de su madre que lo lleva de regreso sobre la cama, cerrando la puerta de ese oscuro mundo, que se oculta a las afueras de su habitación.
-No molestes a papa, hijo. –Vamos seguir con el cuento.
-Si mama, sigue contándonos que le pasó a Alicia. –Apremia el ansioso Thomas, tomando la mano de su hermano, que una vez mas se recuesta a su lado, para oír a su madre.
-Alicia se aproximó lentamente al espejo, observando un mundo que se abría al otro lado... al otro lado del espejo...
Los pasos del Comisario Wayne rompen el silencio sepulcral, resonando entre los muros de hormigón de aquel aparcamiento subterráneo. Sus pasos le llevan desde el ascensor, por el que llego, hasta la puerta de su Ford Mustang, cruzando todo el lugar.
Una duda, ¿Un olvido?
-¡Maldita sea!, ¿Dónde están? –Exclama mientras hurga en los bolsillos de su abrigo. -¡Ah!, aquí estáis. –Añade extrayendo un pequeño llavero con cuatro llaves, que tintinen al salir de su bolsillo izquierdo.
Algo extraño. La cerradura esta cubierta con cera.
-¿Sabes que halló Alicia, al otro lado del espejo padre? –Resuena una voz, en el vacío, de aquel inmenso garaje.
Aquel inquietante escenario parece girar en torno a su figura, el Comisario Wayne oculta su mano derecha bajo la chaqueta, donde descansa su arma.
-¿Quién anda ahí? –Pregunta tembloroso, sin desenfundar.
Una figura comienza a surgir de las sombras que dormitan en la parte mas alejada del lugar. Su abrigo cruzado de color azul, cubre casi todo su cuerpo, mientras las poca luz del lugar hace que su rostro quede oculto bajo la solapa de su gran sombrero de copa.
-Alicia empezaba a cansarse de estar sentada, toda la tarde, con su hermana, junto al río...
El misterioso hombre continúa caminando, acercándose lentamente hasta el comisario. Un guiño, músculos que se tensan, un puño que se cierra fuertemente. El comisario Wayne trata de desenfundar su, oculta, pistola cuando una cuchilla es lanzada para clavarse en su mano derecha, provocando que el arma caiga al suelo.
Tom Wayne recibe un gran golpe en el estomago, que le hace caer de rodillas al suelo. Tomando el poco aire que puede coger, intenta levantar la cabeza para identificar a su agresor, pero un nuevo golpe, un puntapié, es lanzado contra él, derribándolo boca arriba, en el suelo.
-¿Quieres venir a tomar té, padre? –Añade el agresor, entre carcajadas.
El comisario siente como es agarrado por el cuello de su abrigo, tiran de él. Ruega a sus manos que se revuelvan, pide a sus piernas que tengan fuerzas para huir, para que se muevan, pero sus ya ancianos y cansados músculos se resienten de los golpes y en escasos segundos todo es oscuridad y silencio.
Ultrabase.
-¡¿Qué demonios estas haciendo?! –Grita el enfadado Ultraman.
Thomas Wayne, descansa sentado en un sillón, mientras termina de enfundarse su traje de Owlman, que Superwoman deja caer con desprecio, en el suelo junto a él. Haciendo caso omiso de las explicaciones, que el poderoso líder del Sindicato del Crimen, le pide.
-¿Es que no me oyes? ¡Tarado hijo de puta! –Lanza improperios Ultraman, mientras agarra a Owlman, levantándolo del suelo.
Owlman lo mira fijamente y tras ajustar su guante, en la mano derecha, propina un puñetazo a su líder, enviándolo a varios metros de distancia. Superwoman, hasta hace unos instantes, muda espectadora, se revuelve en su asiento, sorprendida de la violencia del golpe.
-¿Cómo has hecho eso? –Pregunta Ultraman, mientras se incorpora, limpiando la sangre de su labio roto.
-Mi traje esta forrado de esa Kryptonita Roja, que te hace tan vulnerable. –Dice mientras se encamina hasta la posición que ocupa el líder del Sindicato del Crimen. –No sé que coño quieres que te explique, pero yo no acostumbro a rendir cuentas a nadie, monstruo. –Añade mientras agarra del cuello a Ultraman.
-¿Qué coño haces en Gotham?, Te vi reunido con Wayne, ¿Por qué le dejaste con vida? –Se incorpora Ultraman, zafándose de las manos de Owlman. -Has dejado de comunicarte con nosotros, eres miembro del Sindicato tienes...
-¿Tengo?, ¿Qué tengo que hacer, Ultraman? –Responde el Thomas Wayne, colocándose la capucha que le convierte en el famoso villano de Gotham City.
Owlman golpea de nuevo a Ultraman, dejándolo caer al suelo y mientras emprende su camino, alejándose de la escena añade:
-Me importa un carajo el Sindicato del Crimen, tengo otras preocupaciones.
Ante las narices de Ultraman, Owlman agarra por la fuerza a Superwoman y la besa, allí, frente a su líder, que hierve de ira, lanzando rayos por los ojos a diestro y siniestro, mientras le dedica toda clase de improperios a su oponente. En un abrir y cerrar de ojos, el malvado villano, se aproxima hasta un gran balcón y salta al vacío, desde la ostentosa Ultrabase, que flota en el aire sobre la ciudad de Metrópolis.
Atónitos, Superwoman y Ultraman cruzan sus miradas, que pasan de perplejidad a coléricas, cuando ven a Owlman cruzar el cielo a bordo del Owlplano. Una vez mas el villano demuestra su desprecio por la figura del poderoso Ultraman.
-Alfred... ¿Me recibes? –Pregunta Owlman, a través del comunicador del Owlplano.
-##Si, señor, le recibo.## –Responde el servicial mayordomo y asistente.
-Alfred necesito que uses en el ordenador y rastrees la actividad de la cuenta bancaria de Eliot Thomas, si Bruce necesita algo, sólo ha podido acceder a la cuenta del doctor.
-##Amo Thomas, creo que eso no va a ser necesario, hace unos minutos el ordenador ha captado una señal de baja frecuencia que se filtraba a través de la red telefónica.##
-Pásalo Alfred.
##“-¡Feliz no cumpleaños hermanito!" ##–Resuena felizmente la voz, captada por el Owlordenador. –##"Para celebrar esta tan señalada fiesta he invitado a nuestro padre a tomar el té..."## –Un eterno silencio. -##"... Seguro que mama estaría orgullosa de su familia.”##
-##Eso es lo único que hay amo Thomas, desgraciadamente el mensaje se repite una y otra vez, sin más. ##–Se muestra apesadumbrado, el anciano sirviente.
-No te preocupes Alfred, sé donde es la fiesta. –Añade el villano mientras su aeronave atraviesa el reflejo de la Owlseñal, encendida de nuevo.
La tormenta vuelve.
-No por favor. –Grita Martha Wayne, mientras su marido, le arrebata el libro, tirando a la chimenea.
-¡Basta Martha! –Increpa su marido. –Te pasas las noches aquí leyéndoles, soy tu marido has de cumplir conmigo.
Tom Wayne arrastra a su esposa, de los pelos, hasta el interior de su dormitorio. La puerta se cierra tras ellos. En un mar de sombras, los pequeños gemelos Wayne se abrazan entre sí, ocultándose bajo una mesa del terror de los gritos de su madre.
Cada noche se repetía la escena y cuando Tom Wayne se saciaba, regresaba a su partido de fútbol, a sus jugadores insultados, a sus botellas de cerveza estrelladas contra la televisión, mientras sus hijos abandonaban su escondite para dormir entre los amoratados brazos de su madre, oían las aventuras de Alicia, de aquellos labios manchados.
- Alicia empezaba a cansarse de estar sentada, toda la tarde, con su hermana, junto al río...
 La tormenta esta apretando, el agua cae torrencialmente sobre los tejados de Gotham City, como un manto cristalino que amenaza con arrasarlo todo a su paso... quizás ya lo haya hecho.
-Mátale Bruce. –Resuena una voz, de entre la espesara de la lluvia.
Bruce Wayne mantiene a su padre, el Comisario Tom Wayne, arrodillado, ante él, mientras juguetea con su cuchillo asestándole diversos cortes, aleatoriamente.
-No soy Bruce. –Responde el asesino, mientras abre su abrigo, que deja al descubierto, un traje de pantalón y chaleco marrón, sobre camisa de gasa, de color blanco. –Bruce murió hace años en un callejón, abrazado a mama... ¿Recuerdas?, ahora soy el Sombrerero Loco.
-Vamos chico, mátale si quieres, no vale nada, pero mírame. –Añade nuevamente la voz, comenzando a surgir bajo la lluvia, que dibuja la silueta de Owlman
-¡Nooooooooo! –Grita el joven, volviéndose hacia su hermano mientras empuña su cuchilla. –Mató a mama, la mató en vida y le has dejado vivir, no le has castigado.
-Bruce, espera... –Intenta replicar Owlman.
-¡Te castigaré a ti también por ello!, Ambos moriréis. –Amenaza el Sombrerero Loco.
Un golpe seco.
El mango de una Katana, empuñada, por una mano que duerme en un guante blanco, surge bajo la lluvia, cuando el Sombrerero Loco cae al suelo tras recibir un golpe en la cabeza
-Cariño, ¿Es que todos los locos asesinos de la ciudad van a por ti? –Se burla Curare, que hace nuevamente acto de presencia. –Supongo que tendrán que ponerse a la cola, por que yo nunca he dejado de cumplir con un trabajo, así que... ¡Muere! –Grita la mujer lanzándose contra el villano, mientras empuña su mortífera espada japonesa.
-Maldita zorra... ¿Es que no vas a dejar de perseguirme? –Pregunta enfurecido Owlman.
-Créeme amorcito, la Liga de las Sombras, nunca deja cabos sueltos. –Explica con una sonrisa maliciosa, mientras se intercambia golpes con su oponente. –Y tú te has convertido en uno para el Jefe Gordon.
El villano enmascarado resbala, la gravilla mojada, cede bajo los pies de Owlman, haciéndole caer. Una eternidad pasa hasta que Curare adopta una postura de golpe de gracia, sus manos asen con fuerza el mango de su espada, levantado ésta sobre su cabeza, para asestar el último golpe a su oponente.
-Muere con honor, carne, muere sabiendo que eres el mejor que he probado en mucho tiempo. –Exclama entre carcajadas.
Con la aterradora velocidad de un felino, el villano se revuelve, en su posición, poniéndose en pie y sujetando las manos de su atractiva verdugo, para seguidamente golpearla con un rodillazo directo al estomago, que la hace caer al suelo, despojada de su mortífera arma.
-Así que Gordon... es todo lo que quería saber. –Satiriza el villano. –Has cumplido bien tu propósito. –Explica con una sonrisa burlona.
-¿Cómo? –Se pregunta Curare mientras se retuerce de dolor, en el suelo.
-Pues lo que oyes, te he dejado llegar hasta aquí, solo para saber quien te envía, tu arrogancia me ha sido muy útil. –Se mofa Owlman.
-Y a mí, también. –Resuena una voz quebrada tras él.
Todo pasa ante sus ojos como una película, un metraje que no esperaba, con un final insólito.
El Sombrerero Loco se abalanza sobre Owlman, blandiendo un cuchillo que extrae el interior de su abrigo. Un estallido resuena en sus oídos. El Comisario Wayne se ha liberado de sus ataduras y dispara a su propio hijo, Bruce, justo antes de que ataque al villano, haciéndole caer al vacío, por la cornisa del edificio.
-Muere maldito cabrón... Susurra en voz baja Tom Wayne, mientras dispara contra el Sombrerero Loco.
-¡No! –Grita Owlman, volteándose para intentar acudir en rescate de su hermano.
Un leve sonido vibra en el aire, cuando el filo metálico de la Katana de Curare se clava en el hormigón de la cornisa, atravesando la mano enguantada de Owlman, que se retuerce de dolor.
-No irás a ningún sitio, carne. –Añade la joven asesina.
Mientras su mano izquierda continúa clavada al hormigón, Curare lanza un puñetazo contra su oponente, pero éste lo esquiva y agarrando seguidamente la empuñadura de la Katana.
Dos miradas se cruzan, furia, rabia contenida, hasta que explotan.
El villano arranca el filo de la espada, golpeando con ella a Curare, que cae de bruces al suelo. Con la mano liberada Owlman se lanza al vacío tras su hermano.
Los segundos parecen una eternidad... el tiempo corre mas despacio mientras el Owlrang es lanzado, clavándose en algún recoveco de la fachada. Sus dedos tocan el abrigo azul del Sombrerero Loco, pero cuando la cuerda se tensa, solo este permanece en sus manos... sin rastro de su hermano.
Mientras cuelga allí, en el aire, balanceándose bajo la lluvia, se percata de que nuevamente le han arrebatado a su hermano y solo sus gritos de dolor, resuenan en la noche, clamando venganza.
-¡Te matare viejo!... ¡Te juro que te matare!
EPILOGO I.
-Buenos días Jefe Gordon. –Resuena una voz melancólica.
James Gordon, antiguo Jefe de policía, no esta acostumbrado a recibir visitas, pero hubiera deseado que cualquiera hubiese decidido visitarle en sus últimos días de vida... cualquiera, menos él.
-Thomas Wayne, que... que... que maravillosa sorpresa. –Responde temeroso James Gordon.
Thomas Wayne, se mantiene de pie, frente a celda que ocupa Gordon. Exquisitamente vestido con un traje de diseño, mantiene sobre su brazo izquierdo, su abrigo, mientras juguetea nerviosamente con un par de guantes de piel.
-¿Qué le trae a Arkaham Asylum, Señor Wayne? –Pregunta temeroso, el ex jefe de policía.
-Tu, estúpido cerdo mal oliente. –Responde Thomas Wayne, aproximándose a la celda, mas cerca de la figura de Gordon, que da un paso atrás, de miedo.
El multimillonario, play boy, se aproxima hasta la reja que cubre la celda y la agarra fuertemente con su mano derecha.
-No vas a morir en la silla eléctrica Gordon. –Señala el hombre. –Haré que mis abogados te saquen de aquí y tendré el placer de matarte con mis propias manos. –Amenaza ferozmente, Thomas Wayne.
-Espere Señor Wayne, por favor... ¡Por favor! –Pero los gritos de agónico arrepentimiento no son oídos por Thomas Wayne, que ya ha emprendido el camino hacia la salida.
EPILOGO II.
##"... Tomando como rehén, al comisario Thomas “Tom” Wayne, centro de sus fijaciones y esquizofrenias varias.
Arriesgando su vida mas allá del valor, el comisario Tom Gordon, logró liberarse, aprovechando la confusión creada por un conflicto entre bandas rivales, cuyos máximos exponentes eran; una asesina llamada Selina Kyle, conocida como el sobre nombre de Curare, y enemigo publico numero uno, de Gotham City, Owlman.
Tras un disparo de advertencia el sujeto, que se hacia llamar El Sombrerero Loco, se precipitó al vacío, desde la azotea del ayuntamiento de Gotham. Desconociéndose el actual paradero de dicho individuo.
La huida de Owlman hace sospechar que todo es un plan urdido por dicho criminal, en su empeño por hacerse con el control criminal de toda la ciudad.
Se recomienda los siguientes puntos:
· Curare. Encarcelación inmediata, siendo sospechosa de 26 asesinatos y presunta inculpada de la planificación del asesinato del Comisario, Tom Wayne.
· El Sombrerero Loco. Se recomiendo la búsqueda y captura de este demente por el asesinado de diez niñas de entre 10 y 15 años de edad. Se sugiere su internamiento en Arkaham Asylum, para su evaluación siquiátrica a manos del Dr. Jonathan Crane.
· Owlman. Se recomienda mantener la orden preferente dada a todo agente de la ley y el orden, de la ciudad, sobre capturar a este criminal vivo o muerto.
Expediente redactado por:
Comisario Thomas Wayne.
Nº de Expediente: 645.93.485
CASO CERRADO."##
 
Nota del Editor:Bienvenidos a SHOWCASE, serie compuesta por números autoconclusivos o como mucho, arcos argumentales de dos números dedicados a diferentes personajes del Universo DC y ambientadas en cualquier época. Esta serie no pertenece a un único autor y esta abierta a todo aquel que quiera participar. ¿Alguna vez has pensado que te gustaría colaborar en Action Tales pero no tienes el tiempo suficiente para encargarte de una serie? ¿Tienes alguna historia en mente con algún personaje del Universo DC que te gustaría escribir? Este es tu sitio.
SHOWCASE te permitirá jugar con personajes “cogidos” por otros autores y que tienen serie propia en Action Tales. Tan sólo tienes que seguir unas sencillas reglas:
1. HISTORIAS QUE NO REQUIERAN CONTINUIDAD.: Historias icónicas, que el lector no tenga que leerse nada de antemano para entenderla. Tu historia debe de respetar la continuidad del universo DC y de Action Tales. Esto no es un “What if?” o un “Otros Mundos”, las historias deben de estar integradas en el Universo DC y deben de poder leerse por separado.
2. DIFERENTES PERSONAJES EN DIFERENTES EPOCAS: Pues eso, se puede escribir historias ambientadas en cualquier época del universo DC sobre cualquier personaje o grupo (héroes, secundarios o villanos). Puedes escribir historias ambientadas en la actualidad o en la época en la que Supermán no estaba casado, Barry Allen era Flash, Batman lideraba a los Outsiders, la Liga de la Justicia tenía su base en un satélite… Tú imaginación pone el límite. Sólo recuerda, las historias deben de ser icónicas, sin continuidad por lo que recomendaría encarecidamente que no estuvieran ligadas a “eventos” concretos.
3. NÚMEROS AUTOCONCLUSIVOS: Para favorecer la variedad de la serie, las historias deberán de ser autoconclusivas o como mucho, arcos arguméntales de DOS números. Si tu historia requiere más espacio, lo mejor es que le dediques una miniserie fuera de esta serie.

No hay comentarios :

Publicar un comentario