Superman nº 11

Título: El Secreto de Darkseid
Autor: Jose Luis Miranda
Portada: Rafael Lam
Publicado en: Enero 2006


Enviado a la Tierra desde el moribundo planeta Krypton, Kal-El fue criado por los Kent en Smallville. Ahora como un adulto, Clark Kent lucha por la verdad y la justicia como...
Creado por Jerry Siegel y Joe Shuster


Prólogo: Asteroide Centauro

En aquella especie de taberna espacial se reunía lo más selecto de la galaxia. Mercenarios, asesinos interplanetarios, ex soldados borrachos, esperaban que potentados mecenas les encargasen algún trabajo millonario. Casi siempre asesinatos. Allí, se encontraba feliz Lobo. Lobo era uno de los asesinos más cotizados. Carente de toda moral, insolente y violento. Jamás dejaba por cumplir un encargo. Poseía una fuerza extraordinaria, una velocidad de movimientos asombrosa y la capacidad de regenerar sus heridas. Entró en el local vestido, como siempre, de cuero negro. Todo un contraste para su piel albina. El pelo, largo y oscuro cubría parte de su espalda.
. Llevaba ya una semana sin matar. Sin embargo, aquel día no buscaba trabajo. Sólo pretendía emborracharse hasta el fin de sus fuerzas. Su pretensión quedó en nada. Antes de poder pedir la primera bebida una voz sonó a su espalda:
- ¿Lobo? ¿El último czarniano? Prepárate para sufrir.
La taberna quedó en silencio. Enfrentarse a Lobo era sinónimo de muerte. Pocos de sus enemigos le habían sobrevivido. Lobo miró al desconocido. Era fuerte, calvo, con una perilla. Llevaba un traje negro, brillante. Miraba fijamente a los ojos de Lobo. Lobo sonrió y burlón le dijo:
- Creo que disfrutaré arrancándote los ojos. Te los haré com...
No pudo terminar la frase. El desconocido se movió más rápido que un rayo. Su puño impactó en el rostro de Lobo con tal violencia que éste salió despedido atravesando la pared al exterior. Ni siquiera había aterrizado, cuando le llovieron, en un segundo, doscientos cuatro puñetazos, tan poderosos como el primero. Lobo quedó incrustado en el suelo.
Con un grito se puso de pie. Tras él, estaban varios vehículos espaciales. Clavó sus manos en la pared de metal de un carguero, que debía pesar cinco toneladas, y lo levantó sobre su cabeza. Su intención era arrojarlo contra su adversario. Pero, éste ya no estaba allí. Le vio a quince metros volando sobre él. Lobo cogió impulso calculó la distancia y se dispuso a lanzarle la nave. Tampoco tuvo éxito en el intento. Su enemigo empezó a soplar tan violentamente que provocó un auténtico huracán. El viento era tan fuerte que la carga de Lobo salió despedida hacia atrás impactando contra otras dos naves. Se produjo una enorme explosión que envolvió al czarniano.
El desconocido pensó que ya le había derrotado. Se acercó a las llamas que dominaban la zona y se paró a un metro de la cortina de humo. Una ensangrentada mano de Lobo emergió de repente buscando sujetar la garganta del rival. No lo consiguió, éste estaba prevenido. Sin duda, veía a través del humo negro y se apartó con agilidad. Golpeó a Lobo en el estómago haciendo que hincara la rodilla en el suelo. Sin tregua, le asestó una formidable patada en el rostro que partió un pómulo de Lobo.
Sin embargo, Lobo encajaba este castigo. Pocos enemigos habían conseguido propinarle tantos golpes. En sus pensamientos no existía la palabra rendición. Todavía estaba muy lejos de ser derrotado. Desde el suelo, consiguió trabar la pierna del terrible adversario y le hizo caer.
- Ahora me toca a mí, hijo de puta- gritó el czarniano.
Se situó encima y le golpeó varias veces incrustándole el rostro en la tierra. Su enemigo no perdió la calma, un puñetazo repentino lanzó a Lobo a un metro de distancia. Lobo se incorporó para proseguir la contienda. Vio al hombre vestido de negro, con los brazos cruzados, planear a un metro del suelo. Miró a sus ojos y apreció un destello rojo en ellos. Fue lo último que vio. La visión calorífica que proyectó su contrincante le reventó los globos oculares. El czarniano soltó un grito terrible. La oscuridad le envolvió por completo. Desesperado, se llevó las manos a las vacías y ensangrentadas órbitas tratando inultilmente de sanarlas. Acto seguido, notó una gélida garra en sus piernas. Al tocarlas comprobó que su mitad inferior parecía haberse convertido en hielo. En ese momento, sintió como el peso de su enemigo caía sobre ellas con toda su fuerza fragmentándolas en cien pedazos. Y, sin descanso, volvió a sentir un millar de golpes en su cabeza.
Había transcurrido una hora. Lobo despertaba. No podía moverse, sus extremidades habían sido arrancadas. Las cuencas de sus ojos estaban vacías. Su habilidad curativa empezaba a regenerarle con lentitud. Tardaría horas, quizá días, pero sus tejidos poco a poco se recompondrían. Estaba empalado en una barra de hierro. Sólo pudo titubear una frase:
- ¿Qui...én ... e...res...?
El desconocido contestó:
- Zod. Para ti, General Zod.


Capítulo 1: Apokolips

Apokolips es el planeta de Darkseid. Este dictador es, probablemente, el mayor tirano que la Historia ha conocido. Los habitantes de Apokolips están totalmente supeditados a su voluntad. Su aspecto es impresionante, casi dos metros y medio de altura, musculoso, de piel grisácea envuelta en una armadura azul oscuro. Sus poderes son inimaginables. Posee una fuerza tan grande que podría mover una luna. Su piel es prácticamente invulnerable. Sus ojos despiden la Fuerza Omega, una terrible energía destructiva. Además, posee una guardia personal, los llamados para-demonios, que patrullan los cielos de Apokolips, inspirando terror.
Esa noche, uno de los para-demonios descendía a la superficie unos minutos antes de acabar su ronda nocturna. Planeó hasta llegar a la entrada de una gruta. El mismo Darkseid había prohibido, no ya entrar en aquel lugar, sino tan siquiera hablar de él. El para-demonio, sabedor de que incumplía un mandato de su amo, sintió miedo al acceder a la caverna y se detuvo. Desobedecer a Darkseid significaba la muerte. Sin embargo, tomó una decisión. Activó un poderoso foco de su armadura, que rasgó la oscuridad que se cernía ante él. Tragó saliva y prosiguió su descenso.
Mientras descendía por aquel túnel, recordaba las batallas que los para-demonios habían librado por orden de su señor. Se veía a sí mismo enfrentándose a la Liga de la Justicia y a los Nuevos Dioses, recordaba aquella vez que casi consiguió acabar con la vida del odiado Orion. Recordaba a los compañeros fallecidos en esas guerras y, sobre todo, recordaba su hermano.
Tras más de una hora de descenso alcanzó su objetivo. La gruta desembocaba en una amplia plaza repleta de estalactitas y estalagmitas de una belleza impresionante. Nada más pisar el suelo, una voz resonó del fondo:
- ¿Eres tú de nuevo? ¿vienes a burlarte de mi dolor?
El para-demonio enfocó su luz hacia el lugar de donde provenía la voz. La criatura alzó un brazo para protegerse del foco. Sus ojos llevaban mucho tiempo en la oscuridad. El para-demonio rebajó la intensidad de la enorme linterna y se acercó. Allí estaba Krakoom. Sentado, apoyado en la pared y rodeado de sus excrementos.
Krakoom era un ser monstruoso, tremendamente corpulento, debía medir cerca de tres metros. Los músculos de sus brazos y piernas revelaban una potencia asombrosa. Sus manos tenían tres dedos gruesos y afilados capaces de trinchar metal. En su rostro se apreciaban dos diminutos ojos, una rota y gruesa nariz y una deforme boca de la que relucían un sinfín de afilados colmillos. Una larguísima cabellera negra se extendía hasta casi el suelo. Su expresión, entre resignada y triste, no se alteró cuando se acostumbró a la luz y pudo apreciar la silueta del para-demonio:
- ¿Un lacayo? ¿Vienes por orden de tu señor?- dijo.
- No.
- Déjame ver- el ser miró fijamente al para-demonio-. Puedo ver tu pasado. FUISTE entrenado a las órdenes de Darkseid, peleaste contra sus enemigos. Siempre has sobrevivido. Veo a ... tu hermano. TAMBIÉN ES ... ERA UN PARADEMONIO. Siempre COMBATISTEIS JUNTOS. PERO... EN LA ÚLTIMA MISIÓN FRACASÁSTEIS Y DARKSEID LE ... MATÓ… DELANTE DE TI..
- La leyenda era cierta. Puedes ver el pasado. Mas, eso ya lo conozco. No cumplimos lo ordenado y, como castigo, Darkseid desintegró a mi hermano. ¿Y el futuro? ¿Puedes verlo también?
- EL DE TODOS MENOS EL MÍO. PERO, el futuro es cambiante. CUANDO SE ANUNCIA ALGO, PUEDEN TOMARSE DECISIONES QUE LO MODIFIQUEN. ¿a ESO HAS VENIDO? ¿A CONOCER TU FUTURO?
- Ya sé cual va a ser mi futuro. La muerte me espera por la traición que voy a cometer.
- Te espera la tortura, el dolor, la MUERTE no llegará hasta dentro de muchos años.
- No quiero saber nada más. Vengo por otro motivo. ¡Quiero que me ayudes a matar a Darkseid! ¿Tienes poder para hacerlo?
- ¿MATAR A DARKSEID? NO Creas que no lo intenté en el pasado. SOY INMORTAL. Mi cuerpo se regenera instantáneamente DE CUALQUIER HERIDA. MI FUERZA RIVALIZA CON LA DE DARKSEID. MI ALIENTO DE FUEGO PUEDE CONSUMIR CUALQUIER COSA. Sin embargo, DARKSEID ES TAN PODEROSO COMO YO.
- ¿Te derrotó?
- LUCHAMOS A MUERTE DURANTE HORAS. LLEGAMOS HASTA ESTA CAVERNA. AQUÍ ME TENDIÓ LA TRAMPA. UNO DE SUS HECHICEROS FORJÓ ESTE CÍRCULO DE ARENA QUE IMPIDE SALIR A QUIEN ESTÉ EN SU INTERIOR. LO PISÉ Y QUEDÉ ATRAPADO.
- ¿Desde entonces permaneces aquí?
- SÓLO RECIBO UNA VISITA EN CADA ANIVERSARIO DE mi captura, Darkseid baja a la gruta y me tortura SIN MISERICORDIA. Me despelleja, me intenta desintegrar con sus malditos RAYOS OMEGA. PERO, Para su consternación, ve como mis heridas sanan a la velocidad que las provoca. Además, cada vez que VIENE ARDE DE ODIO ANTE EL futuro QUE LE ANUNCIO: Su muerte a manos del HOMBRE DE la CAPA ROJA.
- ¿Ese es el futuro de Darkseid?
- En realidad, el futuro de DARKSEID es muy cambiante. ALGUNAS VECES le miro y Veo como ese hombre volador de capa roja le arranca la cabeza, otras veces le veo PRESO DE la FUENTE, la última barrera del espacio, otras le veo triunfante, reinando el UNIVERSO. Pero yo siempre le repito el primer futuro, porque es el que más le hace enfurecer: que su cabeza baila en las manos de su enemigo.
- Si te suelto, ¿me ayudarás a vengar a mi hermano? ¿Matarás a Darkseid?
- TE JURO QUE HARÉ TODO LO POSIBLE. LE ODIO. HE PASADO DOS DÉCADAS Encadenado En esta gruta. Compartiendo espacio con mis desechos, con mis vómitos. ¿y SABES POR QUÉ? ¿SABES CUÁL FUE MI ÚNICO PECADO?
- ¿Cuál?
- NACER. SOLÓ NACER. SOY ... SU HIJO.
- ¿El hijo de Darkseid? ¿Cómo el odiado Orion, como Kalibak? ¿Qué debo hacer para liberarte?
Krakoom señaló con una de sus garras al círculo de arena marrón que le rodeaba.
- Ese círculo está forjado con magia negra. Para sacarme de aquí debes romperlo..
- Jura... ¡jura que matarás a Darkseid!
- LO JURO.
- De acuerdo.
Diciendo estas últimas palabras el para-demonio empezó a deshacer el círculo con el pie.


Capítulo 2.: Edificio Sullivan 1938. Hogar de Clark Kent y Lois Lane. Metrópolis.Junio de 2005.

Era la sexta noche que Lois dormía sola. Esta vez fue el emisor de señales de la Liga de la Justicia lo que provocó que Superman saliera disparado por la ventana. Ni la lencería preferida de Clark, que Lois llevaba puesta, le retuvo. Se levantó y se dirigió a la cocina. No tendría más remedio que consolarse con una tarrina de helado. Antes de abrir la puerta de la nevera sonó su móvil. ¿A estas horas?- pensó ¿Quién puede ser? Era su jefe, Perry White:
- Lois, escucha. El millonario Julian Jurgens acaba de aterrizar en Metrópolis. Por la mañana inaugurará una empresa y luego partirá a New York. Ha aceptado que se le entreviste esta noche. Tenemos la exclusiva. Debes personarte en su hotel y rellenar unas cuantas hojas para la edición de mañana.
Lois dudó. Sabía que había hecho a Perry suficientes favores como para que si ella se negaba le diera la noticia a otro. Por otro lado, Julian Jurgens era uno de esos millonarios excéntricos de difícil acceso. No concedía entrevistas. Aparecía y desaparecía como el relámpago. Era una gran persona, entregaba cantidades ingentes de dinero a la beneficencia. Construía hospitales y centros culturales en zonas desfavorecidas. Invertía en nuevas empresas, creando miles de puestos de trabajo. La duda se esfumó:
- Salgo en un minuto. Dime su hotel.
Cuando Superman entró en el apartamento leyó la escueta nota de Lois:
- Trabajo, cariño. Llegaré tarde.
Molesto se quitó el traje y se metió en la cama. No pudo ni cerrar los ojos. Unas sirenas de bomberos y un rápido vistazo con su visión telescópica le hicieron levantarse, vestirse y dirigirse a un edificio de oficinas que ardía por los cuatro costados con gente en su interior. Al parecer, decía la radio de la policía, un meteorito había impactado contra el edificio. ¿Un meteorito?- Se preguntó extrañado Superman mientras volaba a toda velocidad hacia el incendio.


Epílogo.

Un minuto antes, Zod sobrevolaba la superficie terrestre. Llevaba a un Lobo encadenado y sujeto con una mano. Éste se había regenerado casi por completo. Pero continuaba demasiado aturdido como para oponer resistencia. Zod miró con su visión telescópica y apuntó al corazón de Metrópolis. Levantó a Lobo y antes de lanzarlo con fuerza le dijo:
- Recuerda el mensaje que tienes que darle.
Instantes después, Lobo se convertía en un proyectil que ardía al contacto con la atmósfera terrestre. En minutos, se estrellaba brutalmente contra el edificio de oficinas citado anteriormente.
Zod sabía que era lo suficientemente fuerte como para resistir el impacto. Había elegido un primer buen contendiente. Cuando llegó a la nave de Brainiac ya le esperaba la información preparada del segundo rival. Brainiac le habló:
- Este ser posee el arma más poderosa del universo, aunque parezca un simple anillo. Todo lo que su mente pueda imaginar lo puede crear. Su fuerza de voluntad es el motor del anillo. Su nombre: Green Lantern.
-Voluntad, no te preocupes por ello. Creo que te he demostrado que me sobra voluntad.

Continuara...
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Marzo, abril y mayo de 2005.
José Luís Miranda Martínez

1 comentario :

  1. Reseña del 30 de Enero de 2006:
    Un número breve pero intenso, en el que Jose Luis Miranda sienta las bases para una nueva saga que se engloba dentro de esta gran línea argumental que nos ha traído de vuelta a Zod.
    La serie sigue mejorando con cada número que aparece, repleta de acción y personajes interesantes, muy bien tratados.
    En este número tenemos por un lado a Zod, que empieza a cobrar mayor protagonismo (lo cual se agradece mucho), y por otro, la historia nos lleva Apokolips, en una trama que va a suponer la aparición de Darkseid en los próximos números.
    En fin, que esta serie hay que leerla.

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